El año finaliza con ciertas irregularidades que terminan siendo incómodas para todos. Ayer, el partido entre SEC y Petroleros arrancó pasadas las once de la noche, lo que conspiró en diversos aspectos. No sólo por lo incómodo que resultó para la cobertura de los medios periodísticos, sino para el público en general, que en esta final de Liga Nacional debe haber marcado una de las oportunidades con menos espectadores. Aquellos que no fueron en movilidad propia tuvieron serios problemas para el regreso a casa. Una cuenta pendiente.
