Fiel a su estilo de poner todo e ir siempre de cabeza, la sanjuanina Graciela Zárate cumplió ayer un logro que perseguía casi con obstinación: Ser campeona argentina de ruta.
“La Negra”, como le dicen a la mayor de las dos hermanas ciclistas, la menor es Verónica, recibió con los ojos llenos de lágrimas la camiseta blanca con las dos rayas celestes cruzadas horizontalmente en su pecho y apretó con fuerzas esa medalla que desde hace varios años se le venía negando.
Fue subcampeona en 2010, escoltando a su hermana, en la avenida de Circunvalación. En esa ocasión, como ayer protagonizó una fuga en la que puso mucho empeño para consolidarla y posteriormente coronarla.
Lo mismo ocurrió en la víspera. En la primera de las siete vueltas al circuito de 11 kilómetro que conforman las dos grandes avenidas (Libertador e Ignacio de la Roza), unidas por calle Morón y el Jardín de Los Poetas, Graciela, junto a su compañera Paola Toane y la bahiense Dolores Rodríguez Rey, aprovecharon para escaparse la confusión que provocó una caída que se produjo a los seis kilómetros de iniciada la competencia, en el ingreso al parque donde hay un badén que tenía agua y que marcó el destino de la prueba.
En esa caída donde se fueron al piso una docena de las 28 ciclistas que largaron se selló la suerte de varias de ellas. Tania Castro y otras sanjuaninas no salieron a tirar del pelotón porque había dos compañeras en fuga. Por su parte, la multicampeona Valeria Muller decidió abandonar. La santafecina ya había comentado el sábado apenas terminó de ser coronada por su noveno título en crono, que haría el pelotón con mucha precaución porque venía recuperándose de una rodada muy dura que había sufrido recientemente.
Al cumplir el primer giro las tres escapadas llevaban una diferencia de 35 segundos a un pelotón en el que trabajaban mucho Erica Peralta (Litoral), Soledad Canistra (La Plata) y un par de pedaleras más.
A medida que transcurría la prueba, la diferencia se amplió de manera descomunal. Mucho tuvo que ver el sostenido y fuerte ritmo de las tres escapadas y la inercia en el que el resto de las sanjuaninas sumía al pelotón.
Al cumplir el segundo paso por la línea de meta (22 km) ya había 1m14s; en el tercer giro (33 km) 1m50s y en el cuarto llegó a 2m07s. Diferencia, que por como estaba planteada el trámite de la carrera se tornaba indescontable para el resto.
Como era de esperar las dos sanjuaninas comenzaron a atacar a la corredora bonaerense. Intentó Zárate y también Toane, pero a cada “palo” Rodríguez Rey respondía con determinación.
Así se llegó a un final de embalaje en el que pareció que la bahiense que había hecho la carrera que más le convenía se iba a quedar con la victoria. Sin embargo se topó con una ciclista que peleó mucho por su sueño y que la sometió en los últimos metros, sacando fuerza de sus entrañas para gritar después de mucho buscarlo: “¡Campeona!”
