Todavía recuperándose físicamente de los dos días de partido en Mar del Plata y de otro arriba de un colectivo en el regreso a San Juan, Bogdan Olteanu está de muy buen humor gracias al resultado parcial de la final de la Liga A1 de vóleibol, en la que UPCN gana 2-0 ante Buenos Aires Unidos y está a sólo un triunfo de coronar otra temporada con el título de campeón.
¿Se imaginaba el receptor punta que iba a ser así este momento de la definición?
‘La verdad es que sí. Antes del primer partido, le dije a Demián (González) que sentía que íbamos a ganar los dos. Y Salió. No es que tenía la certidumbre al cien por cien. Pero había algo como que… Mar del Plata nunca había perdido de local y eso me despertaba la sensación que ganábamos los dos‘.
-¿Qué tuvo UPCN para quitarle el invicto de local a Buenos Aires Unidos?
-No es sólo en estos dos partidos. Se nota cuando jugamos con Bolívar y Mar de Plata la unión y el corazón que todos ponemos. Y cuando digo todos, son los seis del campo y los seis que esperan. Los chicos del banco alientan y apoyan de una forma que no lo viví nunca antes en otro equipo.
-Igual hay cruces, como el tuyo con Junior en el partido del martes.
-¿Se vio? (ríe) Eso sucede en cualquier equipo, por los momentos de presión. Pero acá se dijo algo y se terminó ahí. Junior se calienta mucho porque pone mucho corazón. Si no le sale algo se pone nervioso. Pero si le decís, ‘Junior, que grande que sos‘, ahí se agranda y nadie lo puede parar. Sabemos cómo hablar para trabajar lo mejor.
-Con el 2-0 parcial y la serie en San Juan, ¿ya es obligación el título?
-En Mar del Plata el que tenía la presión de ganar era el rival. Ahora es que se viene la parte difícil para nosotros. Pero debemos tomarlo con tranquilidad. Espero que haya diez mil personas en el estadio, alentándonos y silbando a los rivales. Contra Bolívar eso fue una gran ayuda.
Lo que debemos hacer es lo que hicimos hasta ahora, jugar punto a punto y no querer cerrar el partido con el primer punto. Paciencia y cabeza fría.
-Con ser finalista ya no alcanza.
-Para mí nunca lo fue. Y creo que pasa lo mismo en el equipo, porque UPCN se acostumbró a ganar. Pepe Villa es el primero que se pone loco. Pero es justa la presión, como debe ser.
-¿Y no hay ansiedad por jugar ya el tercer partido?
-Hoy no, por el viaje (ríe). Pero con el primer entrenamiento las horas empezarán a ser más largas hasta el lunes por la noche. Tenemos confianza porque los sets que perdimos fueron porque nosotros lo hicimos mal. Entonces cada uno hace mejor y volvemos.
-Después les queda afrontar el Sudamericano.
-Fue una motivación más. Antes de las semifinales pensaba ‘si quedábamos eliminados, íbamos a estar así (pone cara de aburrimiento), entrenando un mes. Iba a ser muy pesado y difícil. Jugar el mayor tiempo posible en la Liga hace hasta que pase el tiempo más rápido.