Pablo Lavallén, el entrenador de San Martín, lo tuvo que ver desde afuera porque estaba expulsado. Lugar que le permitió sacar una mejor conclusión de la derrota ante Huracán, y que más allá de ser un resultado negativo porque no sumó puntos, en lo futbolístico se quedó conforme. “No alcanzó, pero no hay nada para reprochar. Fue una derrota que deja tranquilo porque no hay nada que mejorar”, fue el primer análisis que realizó al salir del vestuario Verdinegro.
“Cualquiera podría haber ganado. Nos faltó ajustar las marcas y le dimos margen a Wanchope cuando estabamos arriba y lo pagamos”, le agregó.
“Desde lo colectivo fue el mejor partido, tuvimos mucho tiempo la pelota y nos toco perder porque el rival metió mas que nosotros. Pero me gustó el control y la rotación, que el equipo no estuvo apurado, tuvo paciencia, distribuyó bien el juego”, resaltó Lavallén.
Luego tuvo un párrafo aparte para Jorge Luna, quien ayer debutó tras su regreso al club para ésta temporada. “Luna le da un salto de calidad al equipo y debe tomar el ritmo de primera, cuando esté en condiciones lo podemos potenciar más. Apunto a jugarle de igual a igual a cualquier equipo y destaco la personalidad del equipo. Arrancamos con un 4-3-3 y luego como se dio el partido le pedimos a Luna que creara más partiendo de más atrás”.
Sobre el final se refirió a la intensión de juego que pensó cuando pasaron a perder. “Buscamos un juego de rotación y posesión para empatarlo aunque con dos goles ellos arriba se complicó, si hubiese sido uno seguro lo empatábamos. Tenemos que buscar otra forma de atacar pero hicimos un gran partido. Me voy tranquilo y sólo tengo que arreglar algunas cosas para enfrentar a Estudiantes para tratar de repetir el 90% de lo que hoy (por ayer) hicimos”.