Se fumó el pucho, como lo había hecho todas las noches anteriores, pero esta vez fue más rápido. Es que el técnico Jorge Otiñano el Negro para todos- tenía necesidad de felicitar a sus dirigidas. Entonces, estuvo ahí. En los abrazos, en las alegrías. Aunque, como siempre, mostrando un perfil bajo pese a ser el técnico nuevo campeón del mundo: “Nosotros entrenamos duro y exigente para esto. Para ganar el título. Y lo digo con toda la humildad del mundo. Simplemente lo cumplimos, por eso tanta alegría”. Al Negro Otiñano se lo notaba tranquilo cuando decía todo esto. Miraba cómo sus dirigidas le daban rienda suelta a tanta alegría pero él mantenía la calma. En realidad como siempre lo hizo. “En éstos momento siento una satisfacción muy grande porque hemos podido cumplir el objetivo. Y, sinceramente, pienso en mi familia. Que es la gente que en las buenas o en las malas siempre está con uno”.

Y luego habló de las chicas campeonas: “¿Si me respondieron? Mirá, nos metieron un solo gol en todo el Campeonato. Demostraron que el hockey argentino puede jugar en equipo. Y hemos sido, lejos, el mejor equipo del Mundial”.

Cuando se le dijo que el próximo Mundial femenino será en la Argentina, El Negro aclaró: “Ojalá esto que hoy ha logrado la Argentina sea para que los dirigentes se unan por el hockey. Que no vuelva a pasar nunca más lo que pasó en el 2012. Porque sino tuviésemos otra Copa más. Todos tenemos que pelear juntos por el hockey”.

Al final y respondiendo a la pregunta si este título lo toma como una revancha después de no poder haberlo defendido en el Mundial del 2012, Otiñano señaló: “No, no fue una revancha para nosotros. Fue como una nueva oportunidad que la supimos aprovechar. Y estoy orgulloso porque pudimos hacerlo”.