La final de la Copa Argentina entre Boca y Rosario Central parece haber quedado en el pasado para todos los protagonistas menos para uno: Diego Ceballos, el árbitro de 35 años de aquel encuentro, que quedó en el foco de la crítica por su pésima actuación, que sin dudas influyó en la conquista del título por parte del Xeneize por 2 a 0.

A una semana de aquella noche negra en el Mario Kempes para su carrera, el referí transita el presente y proyecta el futuro con total incertidumbre.

“Se me derrumbó todo en un partido, recibí muchas amenazas de muerte. Vivo en una pesadilla”, reconoció en una extensa entrevista con el programa 90 minutos, por Fox Sports, en el primer contacto con la prensa, pues tras los errores que cometió en Córdoba se llamó a un lógico silencio.

“Yo soy un tipo de bien, un tipo honesto, pero cometí un error. No quiero buscar excusas, me hago cargo de mi error. Saqué la foto de la jugada con un segundo, vi que fue penal un metro y medio adentro del área”, admitió Ceballos, con un gesto de tristeza en el rostro. “Me hago cargo de la decisión, fue toda mía la jugada. No lo consulté al asistente porque estaba convencido. Yo vi penal”, agregó el referí. Claro, hasta que se enfrentó con las imágenes de la televisión: “Vi la jugada mil veces y no puedo encontrar ni una excusa. Y mirá que el árbitro siempre encuentra una excusa”.

La falta de la que habla Ceballos fue de Paulo Ferrari sobre el lateral de Boca, Gino Peruzzi, pero en la televisión quedó claro que la infracción (que tampoco es tan clara) era casi un metro fuera del área.

El propio presidente de la AFA, Luis Segura, sostuvo luego que “cuando vi la acción en la pantalla que teníamos en el palco, me quería morir. Fue un error grave, que tiene consecuencias de este tamaño porque es una final”.

Sobre lo que viene en su futuro, Ceballos, quien está suspendido de forma transitoria hasta que realice su descargo y que fue dado de bajo por parte de la AFA como árbitro internacional, puntualizó que “no me quiero ir así del arbitraje. Es mi vocación. Igual, nadie me dijo oficialmente que me echó. Perdí 20 años de carrera en un partido. Si volviera, sería como remar en dulce de leche”. También explicó por qué decidió romper el silencio: “Quise hablar para que la gente me conozca, hablarle desde lo humano, desde lo que es Diego Ceballos, un simple árbitro de fútbol. Se hablan muchas cosas y muchas cosas malas, hay un ensañamiento hacia mi persona que es totalmente terrible”.

Justamente sobre las consecuencias de su noche fatídica, Ceballos aseveró que “recibí llamadas amenazándome de todo tipo. Yo no tengo redes sociales, pero mi esposa sí y debió cerrarlas a todas. Me amenazaron de todo tipo por el teléfono. Me decían que iban a matar a toda mi familia, que me fuera del país e incluso estos delincuentes me llegaron a decir que iban a violar a mis hijos. Son cosas muy fuertes y que no se entienden. Igual, soy consciente que en el fútbol hay gente tan desagradable como ésta que me llamó”.