Pese a su vigencia, desde que llegó a San Martín tuvo una relación cambiante con la gente. Primero lo insultaron a más no poder, con el ascenso a Primera recibió el merecido reconocimiento, aunque esta temporada otra vez los reproches le ganaron a los aplausos. Sergio Orlando Plaza (33 años) lo tiene asumido hace rato. Pasar del amor al odio para él no es una novedad y por eso habla del tema sin prejuicios. Admite que nadie es indiferente a los silbidos y deja una frase que aunque la tira entre sonrisas marca su sentimiento con el público: "Cuando ya no esté, me van a valorar más", sic. Un Plaza auténtico…
-¿Cómo toma la chance volver a ser titular luego de nueve partidos?
-Lo asumo con la misma responsabilidad de siempre. A mí nunca se me va a ver con mala cara, sea titular o no. Esa es mi premisa. Hay que se profesionales, te toque estar o no. Obviamente que por dentro la sensación cambia cuando tenés la chance.
-Vuelve en un momento donde el equipo está más que complicado con el objetivo de ascender, ¿eso modifica su forma de afrontar el partido?
-No. Seguro que uno querría que estuviéramos más arriba pero es otra la realidad y hay que afrontarla. Mientras los números nos den, no podemos caernos y menos si pensamos en mejorar el promedio.
-Tu último partido de local fue ante Aldosivi y la gente te insultó bastante, ¿de qué manera afronta ser uno de los jugadores al cual los hinchas siempre lo tienen en la mira?
-Soy un convencido que aquel jugador que dice ‘los insultos no me afectan’ o ‘no escucho nada cuando juego’ está mintiendo. Es imposible. En la cancha escuchás hasta los murmullos de la tribuna. Los insultos te chocan. Te duelen. No conozco a nadie que cuando trabaja y recibe insultos haga las cosas mejor. El hincha tiene sus motivos, pero debe entender que durante el partido lo que nos sirve es el aliento. Nadie juega mal a propósito.
-Es el único titular del equipo del ascenso que permanece en este plantel, ¿le molesta que eso no se lo valore más?
-Trato de no mirar para atrás. Por eso entreno siempre con todo, porque la chance más tarde o más temprano te va a llegar. Ser el único que queda no me da un plus. Eso no me asegura nada. La gente me quiere insultar y lo hace. Por supuesto que no va a tener en cuenta eso. Aunque sí diría que estoy seguro que cuando no ya no esté me van a valorar más lo que hice. Hasta alguien dirá por ahí ‘nos falta un Plaza’ (sonríe). Pero eso por ahora no pasa.
-¿Y en San Martín hasta cuando?
-Estoy muy cómodo en la provincia e incluso descarté varias veces algunas ofertas superiores en lo económico porque con mi familia nos sentimos bien. Aunque mi continuidad depende primero de dejar una buena imagen en lo que resta del torneo, después de que los dirigentes quieran que continúe y ahí habrá que ver en qué términos. Igual, la prioridad siempre es San Martín.