-¿Cómo empezaste con el arbitraje?
-Yo jugaba al fútbol en Pringles de San Luis y empecé porque mi hermano me invitó, le dije "estas loco vos para que después te put…", al final lo acompañé pero como oyente, nunca como interesado. Después nos vinimos a vivir de vuelta a San Juan y un día pasando por la Liga Sanjuanina de Fútbol vi un cartel que decía "Curso para árbitros", entré, hablé con Arturo Tapia y ahí no más empecé para terminarlo.
-Retomaste el curso pero no te gustaba tanto…
-Lo hice para completar el curso. Después sí, me apasioné y ahora soy un enamorado del arbitraje.
-¿Cómo se hace para lidiar con los insultos?
-No se maneja sino que se siente. Vos estas dirigiendo y no sentís los insultos, aunque en algunas canchas sí. Si no te insultan es como que no estás presente, es muy raro que no te griten. No le tenés que prestar atención pero hay algunas canchas que es imposible no escuchar, es el folklore del fútbol y más en Argentina. De los insultos no se salva nadie. Por el simple hecho de ser árbitro te insultan, no importa si actúes bien o mal. Le toca a Néstor Pittana que dirigió un Mundial y no me va tocar a mí (risas). Igual creo que eso es lo que me gustó de ser árbitro, yo me descargo dirigiendo.
-¿Y cuál fue el insulto que más recordás?
-(Risas) Uno en Albardón, no recuerdo si fue en cancha de Rincón o de Sport pero era un partido por la Liga de Albardón-Angaco. Me dijeron: "Ejarque y la p…que te par…, hijo de una re mil camionada de p…’, ese insulto fue mundial, me tenté. Me di vuelta para verlo y era un hombre grande, con la camisa desprendida.
-¿Te ha pasado que chicas también te insulten?
-Sí, obvio. Hay chicas que van a la cancha solamente a eso. Y pasa generalmente cuando vas a ese tipo de canchas donde el contacto con el público es muy cercano. También me ha pasado que algunas chicas en vez de insultarme me digan cosas vulgares, como "lindo" o cosas así. Adentro sos un monstruo y afuera no tanto.
-¿Y lo más "picante" que te haya dicho alguna chica?
-Te llevo a un telo (risas). Las mujeres que van a la cancha son muy directas, tenés que hacerte el tonto.
-¿Y te trae problemas familiares ser árbitro?
-Sí, sobre todo por los viajes. El hecho de estar viajando ahora más seguido hace que estés poco tiempo con la familia y que no programés nada hasta que salgan las designaciones arbitrales. Por ejemplo, el 26 es mi cumpleaños y no puedo programar nada hasta el miércoles, porque seguramente me toque dirigir.
-Igual me imagino que este cumpleaños se festeja doble…
-Seguro. Mis 30 van a ser especiales porque mis 29 me trajeron lo más importante en mi carrera de arbitraje que fue debutar en Primera. Es doble festejo, así que seguro deberé reprogramar la fiesta para más adelante.
-¿Esperabas un debut tan rápido?
-La verdad que no me lo imaginaba, por lo menos ahora. Pensé que iba a ser a fin de año, cuando hay equipos que no pelean por nada. Gracias a Dios cuando uno está preparado va haciendo su trabajo de a poco, le tenía que poner el pecho a las balas. Lo más difícil fue controlar las emociones. Estar en Primera es el sueño de todo árbitro. Es muy groso.
-¿Qué objetivo tenés de ahora en más?
-Mi objetivo ahora es estar en la plantilla de árbitros de Primera. Me gustaría ser árbitro FIFA y dirigir partidos internacionales. Lógicamente que otro sueño es ser mundialista. Pero todo es paso a paso, así que no me desespero.

