Hollywood ya tiene dos posibles candidatos para una película de suspenso. Y son sanjuaninos… Se trata de Lino y Juan Pablo Sisterna los primeros nacidos en nuestra provincia en largar y ¿terminar? un Dakar. Hasta anoche a las 23, lo cierto era que la Montero 420 estaba a unos pocos metros de cerrar el tramo de velocidad que culminaba en Bolívar, provincia de Buenos Aires. De ahí les restaban 335 kilómetros hasta La Rural, punto final para la carrera más peligrosa y famosa del planeta. Ellos tenían por entonces una lucha contrarreloj pues por reglamento tenían tiempo de hacerlo hasta las 3.30 de hoy. Es más, la organización dejó un par de personas para que los esperaran y ver si finalmente cumplían el sueño. Obviamente, el resto de la caravana Dakar ya estaba en un lujoso hotel de Capital Federal en pleno festejo. Ellos, los últimos en quedar culminar los más de 9 mil kilómetros de recorrido, seguían en camino al cierre de la edición.

"Se nos cortó el embrague. El viernes tuvimos el mismo problema, pero esta vez, apenas largamos se rompió entero. Se quedó mi viejo con la camioneta arreglándola y tuvimos que ir hasta Trenque Lauquen a comprar uno. Mi viejo tuvo que sacar toda la caja de cambio y recién lo pudimos poner al nuevo. Salimos de ahí y ahora estamos en Bolívar. Nos restan más de 300 kilómetros para llegar a la Rural, pero estamos convencidos que lo vamos a lograr antes del tiempo límite", contó, increíblemente tranquilo, Juan Pablo vía celular apenas pasadas las 23.

El retraso de los pilotos locales provocó que, por ejemplo, en la web oficial del Dakar no figuraron en el famoso tracking, el lugar de la web donde se va reportando el paso de los corredores en distintos tramos. Donde sí fueron mencionados con especial atención fue en el canal de noticias de Buenos Aires, TN, cuando cerca de las 22 relevaron que "sólo resta el auto número 420 que es de los sanjuaninos Sisterna. La organización dejó un par de personas en La Rural para que los esperen".

Este no fue el único problemas de los sanjuaninos en el Dakar. Más allá del vuelco en Santiago de Chile, debieron padecer el desierto trasandino y en la sexta y séptima etapa no pudieron terminarla antes de la medianoche. El viernes el embrague los empezó a complicar y casi los deja sin el sueño de llegar a destino. Anoche, les quedaba la última parte de una película digan de Hollywood.