Rubén Ojeda, el entrenador de Muñoz, fue claro en sus conceptos y contó cómo está su pupilo para concretar este sueño y todo lo que significa para él y para San Juan. "Esta pelea será muy importante -dijo-. En primer lugar por lo que va a significar para él (por Muñoz). El beneficio personal de mejorar una serie de cosas, especialmente lo que compete a la familia. Hay tres niños detrás de él que pueden tener un mejor futuro. Porque después de lograr un título vienen las defensas, que son las que lo posicionan para exigir buenas bolsas. Pero también es muy importante para San Juan. Para el boxeo en sí. Porque puede significar que de una vez por todas, sea el despegue del boxeo sanjuanino, que desde hace mucho tiempo está sumido en las sombras. Han pasado muchos dirigentes. Por los clubes, por la Federación pero no se logra despegar. No sé si por falta de conocimiento, de ganas o de ayuda o qué, pero estamos así. Hay muchas cosas por mejorar. Hacer cursos de árbitros, de jurados, de técnicos. Entonces, si Mauricio se trae el título del mundo, todo esta mala situación podría cambiar para bien’.
Ojeda cambió de tema y se le vio otra cara… "En la vida hay que ser agradecido y a Mauricio lo ha ayudado mucha gente. Como Juan José Chica, que se ha preocupado por todo. O Carlos Gómez, que está en el ciclismo pero nos ha ayudado. O Enrique Lanusse. O la gente del Mocoroa, del Landini. O el chico Fabián Orozco, que vino hasta acá para colaborar con Mauricio a riesgo de perder su trabajo en San Juan. Y otros tantos".
Y la parte logística de esta pelea también ha sido fantástica. El promotor Osvaldo Riveros estuvo siempre atento a todo. El preparador físico Emiliano, Juan Ledesma, con su gimnasio. Y Sebastián, el hijo de Osvaldo Riveros, que viajará con nosotros como jefe de delegación. Acá nos han atendido de primer nivel y en Japón seguro estaremos igual".
Al final dijo: "El nivel de Mauricio es óptimo. En San Juan no tenemos los mismos recursos que en Buenos Aires, por eso toda esta preparación es la ideal. Anímicamente está en las nubes y lo otro que lo favorece es que tiene hambre, no de comida sino hambre de gloria".

