El barrealino Ricardo Escuela provocó una eclosión en pleno centro de Calingasta cuando cruzó la meta victorioso superando a Roberto Richeze y Luciano Montivero. Los tres fueron los más veloces del quinteto que sobrevivió a los avatares provocados por una fuga de diez valientes que se originó en la bajada -hacía Pachaco- del punto más alto que tiene el camino de la Quebrada de las Burras. Pedro González y Daniel Díaz son los otros dos hombres que largarán hoy con mayores expectativas de victoria que el resto.
La Doble Calingasta, homenaje al dirigente Mario Saiz y que pone en juego el Gran Premio DIARIO DE CUYO, tuvo todos los ingredientes que se esperaba de ella. Emoción desde su inicio, con un remezón que cortó el pelotón pasando Campo Afuera y del cual, los cinco ciclistas que sacaron diferencia a su favor, llegaron a tener 6m40s de ventaja sobre el resto. Esa fue la máxima distancia, controlada en la ex estación de Talacasto donde el enjambre multicolor dejó la Ruta 40 para ingresar en el trazado de la Ruta provincial 141. En el falso plano que lleva hasta los Baños de Talacasto, la distancia se había achicado a 5m20s.
Gerardo Tivani, Javier Castro, José Luis Villalobo, Jonathan Soria y Matías Recabarren, fueron quienes comandaron las acciones durante la primera mitad de la carrera. En la subida, desde el derivador hasta el punto más alto de la Quebrada de las Burras, el pelotón perseguidor se atomizó en mil pedazos. La tarea de persecución encabezada por el campeón argentino de ruta, el salteño Daniel Díaz, Pedro González y Luciano Montivero, fue clave para que al puente de Pachaco llegaran con más de 1m30s una decena de hombres, los ya citados cinco primeros, más Alejandro Saquilán, Soria (único que quedó de los pioneros), Rubén Ramos, Javier Salas y Cristian Romero (este último ganó la pasada especial que otorgó $1.000).
En los últimos 45km la carrera se circunscribió a los diez legionarios que habían domado las alturas. Atrás el pelotón, con la gente de Forjar Salud-Municipalidad de Rawson trabajando de cabeza, veía cómo se alejaban los vanguardistas. Entre quienes marchaban a la cabeza de la carrera, Ricardo Escuela era quien plantaba bandera para quedarse con la etapa. Embalador que pasa bien la media montaña, con dos compañeros de equipo y el apoyo del salteño Díaz, era quien copaba la banca y pagaba menos en las apuestas por la victoria del parcial.
Los piqueteros Richeze y Montivero trataron de sorprenderlo, pero Escuela, viejo conocedor de estos caminos, se bancó los ataques y apelando a sus virtudes de velocista excepcional se quedó con la victoria para algarabía de sus coterráneos que festejaron largamente.
El regreso será esta tarde, desde las 15. Se largará frente a la plaza calingastina y el final será en la tradicional Esquina Colorada.