-¿El 2013 fue el año ideal por todo lo que consiguieron?

-Sí, en realidad cuando nosotros llegamos para dirigir las chicas de Trinidad en futsal hicimos un proyecto a largo plazo y el segundo año ya se nos dio. Se nos adelantó el objetivo.

-¿Habla bien del potencial que tenés en el equipo?

-Sí. Eso es lo que nos incentiva a trabajar todos los días. Tratamos de ser lo más profesionales posible para crecer cada día un poquito más. Por suerte algunas chicas del equipo fueron convocadas a equipos de nivel nacional.

-¿Cómo es dirigir chicas?

-Es complicado. Difícil, porque uno si bien sabe como es el trato con chicas, a la hora de dirigirlas es complicado, porque uno les tiene que enseñar con paciencia. Por ahí las chicas están en días complicados y hay que tenerles paciencia. Todas tienen su carácter.

-¿Te consideras un buen técnico?

-No, solamente trato de transmitir lo que aprendí. Y si agarré el equipo fue porque no había nadie. Yo me hice cargo y fui metiéndome con todo, como hago todo en la vida. Siempre soy así: si hago algo, trato de hacerlo de la mejor manera.

-¿Te molesta cierto prejuicio que existe sobre el futsal femenino?

-Cuando era chico yo decía: "Uh… mira que machona porque juega al fútbol’, pero ahora es tan normal que veo nenas de 14 años que vienen con las mamás a entrenar y las madres se enojan, pero igual las traen. Yo trato de hacerles entender que es un deporte y todo deporte hace bien.

-Tenés una hija ¿te gustaría que en un futuro juegue fútbol o futsal?

-Es algo que me he preguntado varias veces. Yo preferiría que mi hija haga cualquier deporte, menos futsal. Por el simple hecho de que se sufre mucho. Si no está preparada espero que haga otra cosa, que estudie o que practique hockey, tenis, lo que sea. Y si decide jugar fútbol, la voy a bancar a muerte.

-Tu mujer ¿cómo tomó tu decisión de dirigir chicas?

-Y al principio fue incómodo. Para que ella vea como era el ambiente la llevé a los entrenamientos y por suerte se amoldó bastante rápido a las chicas. Gracias a Dios con el pasar del tiempo mejoró todo, porque al principio costó. Verónica ya es una más del grupo.

-¿Cuál es tu balance como jugador?

-Personalmente me he sentido mucho más cómodo, mas tranquilo. Creo que ya tomé cierta madurez por eso pude disfrutar del fútbol.

-Hoy en día, ¿se puede vivir siendo jugador de Argentino B, o lo haces solo porque te gusta?

-A nivel personal y a mi estilo de vida, no se puede vivir del fútbol. Yo tengo una familia, siempre quiero tener lo mejor tanto para mí como para mi familia. Yo sé que hay gente que lo hace y que puede vivir de esto. Yo trato de decirle a mis compañeros que son pibes, que disfruten de esto. Yo juego porque es un complemento, pero como no alcanza tengo que trabajar.

-Decís que maduraste futbolísticamente, ¿te arrepentís de algo?

-Por ahí veo a mis compañeros que demuestran mucho adentro de la cancha y digo "pucha’, como no tengo esa edad para aprovecharla’.

-Y a tus 28 años, ¿ves el retiro lejos?

-Trato de hacer lo que me convenga a mí y mí familia. Si hay una oportunidad en el fútbol que me permita tener el doble que lo que hoy tengo, no lo voy a dudar. Igual, si tengo una propuesta de trabajo mejor, dejo el fútbol.