El Taco (así le dicen todos) volvió a Concepción y sueña con otras consagraciones. Como él mismo lo dice, salió del club de la Villa Mallea y ahora está de vuelta antes de colgar los patines, algo que todavía no piensa hacer. Un tipo frontal que no calla nada. Y que es muy feliz con lo que hace…
– ¿Hasta cuándo vas a jugar al hockey?
– (Risas)…Uy, eso siempre me lo pregunta mi mujer.
– ¿Y vos qué le contestás?
– Yo le digo siempre que éste es el último año, pero ya hace tiempo que le digo lo mismo.
– ¿Cuántos años tenés?
– 42, por eso digo que recién estoy empezando (risas).
– ¿Y te la aguantás?
– Sí, me las banco, pero cada vez se siente más el esfuerzo. Cuesta, cuesta mucho. Por ejemplo, ahora que tenemos muchos partidos seguidos, se siente. En Concepción sabíamos ésto por eso se formó un equipo largo. Vamos rotando. Intercalando con los más jóvenes si uno no está bien. Esa fue la ida este año. Me llamaron a mí, a David (Páez), a Franco (Pellice), para que le aportáramos experiencia a los jóvenes. Y está el Tano (Belbruno) que es un técnico que sabe balancear las cosas, llevar bien un grupo como éste y porque está en todas.
– ¿Quiere decir que estás cómodo?
– Totalmente. Formamos un lindo grupo. Nos costó bastante al principio entendernos con los más chicos pero ahora estamos para jugarle de igual a igual a cualquiera. Es más, estamos vivos en los dos frentes (Liga Nacional y torneo local).
– ¿Porqué te dicen Taco?
– Y… mirame. No soy muy alto que digamos (risas). En realidad me pusieron el sobrenombre cuando era chico. Los amigos del club. Esos a los que no se les escapa una.
– Te fuiste de acá, diste vuelta por todo el mundo y volviste a Concepción…
– Más o menos. La verdad, estaba a punto de dejar de jugar, pero me llamó Alberto Martínez (el presidente de Concepción). Hablé con él y con Darío (Giuliani) y me puse los patines después de siete meses. Es más ya me estaba entrenando con los veteranos del club. Con los "Globes".
– ¿Te queda algo pendiente?
– Me hubiese gustado jugar en algún club grande de España como lo hice en Italia. En el Barcelona o en el Reus. Creo que si hubiera sido como es ahora, con internet de por medio, me hubieran comprado antes. Yo fui a España con 28 años, ya muy grande. Fuí goleador con el Alcobendas y cuando el técnico del Barcelona preguntó por mí y le dijeron mi edad, todo quedó en la nada.
– ¿En el hockey tuviste algo por lo que te arrepientas?
– Sí, cuando tuve un problema con la árbitro mendocina. Jugando para Sarmiento, hace unos años atrás. Nos mató todo el partido y en un momento me saqué. Cuando me mostró azul siendo que me habían pegado todo el partido. Me levanté y le tiré el pelo. Me suspendieron por seis meses. Sé que me equivoqué y por eso me arrepiento. Pero son cosas que pasan en la vida y que te dejan enseñanzas.
– ¿Porqué Argentina es campeón del mundo?
– Porque se formó un gran grupo. En la Selección tenés a todos los jugadores que son estrellas y se hace difícil lograr un equipo compacto. Fue muy positivo que estuviesen David (Páez) y Carlitos (López). También mucho tuvo que ver el cuerpo técnico Giuliani-Cocinero.
– ¿Te ves sin el hockey algún día?
– Ni loco. Cuando deje de jugar, seguiré ligado. Estoy al frente de la Escuelita en el club. Por ahí más adelante dirijo alguna división de inferiores y hasta Primera.

