Si el futuro de las selecciones de Brasil y Argentina en el Mundial del 2010 se resumiera a samba o tango, el guardameta Julio César no duda de que el 11 de julio se impondrá en Sudáfrica la alegre batucada de su selección.

"Al final, habrá samba y no tango", resumió el jugador de 30 años. "Argentina tiene que ser siempre respetada. Tiene a un jugador que todos conocen y desequilibra: Lionel Messi. No es una sorpresa para nadie", elogió.

El arquero del Inter de Milán afirmó ayer que se tornó una constante al hablar de fútbol "relacionar a Brasil con Argentina y viceversa". En otras palabras, samba y tango, las expresiones musicales que identifican a ambos países y que la prensa deportiva suele utilizar para sintetizar el potencial futbolístico de cada selección.