-¿Cómo surge esta posibilidad de ser ayudante de campo de un excompañero tuyo en San Martín como el Purruco Antuña?
-Raúl hace mucho tiempo que quería que fuera con él a trabajar. Cuando estuvo dirigiendo en Mendoza me lo ofreció y no se dio. Ahora, me llamó de nuevo y me gustó la idea. Estamos con chicos conocidos de cuando dirigíamos en las inferiores de AFA de San Martín como los "profe" Martín Riveros y Ariel Vilchez. Además, el Tato González es el entrenador de arqueros y por eso armamos un grupo de conocidos que sabemos cómo manejarnos.
-Vos ya fuiste técnico e incluso campeón, ¿por qué este salto a auxiliar de otro entrenador?
-Sinceramente la idea mía era no dirigir más en el fútbol a este nivel. Estoy como Coordinador de una Escuelita de fútbol en "Futboleros" y me ocupa gran parte del tiempo. También doy clases en una escuela de chicos especiales y se me habían ido las ganas. Pero me llamó Raúl y me picó de nuevo el bichito y ahora estoy metido con todo, de cabeza en hacer lo mejor para Unión.
-¿Por qué te querías alejar del fútbol?
-A mí siempre me gusta trabajar con proyectos a largo plazo: soy un convencido de que con tiempo se pueden ver los frutos de lo que uno hizo y en este tipo de categorías como el Federal A o más arriba, es imposible que te den tiempo. Me pasó en Trinidad que estuvimos cerca de nueve meses y cuando los frutos comenzaron a verse, nos tuvimos que ir.
-¿Cómo llegás a Futboleros?
-Me convocó su dueño, Nicolás Ruetter, a quien conozco de la Liga de Profesionales de fútbol porque juego en Enólogos, en la categoría Junior. Me dijo si me interesaba el proyecto de comenzar con todo esto y agarré viaje.
-¿De qué manera analizás tu salida de San Martín, antes de ir a Trinidad?
-En su momento me fui con la idea de dejar abierta la puerta para volver. Habíamos dirigido al equipo campeón en el fútbol Local después de 17 años y cuando charlé con los directivos les dije que me iba siempre y cuando si quedaba una puerta abierta para regresar. Ellos me dijeron que sí en ese momento, aunque luego me di cuenta de que no era tan así como me dijeron. Pero ya está…
-Te hiciste futbolista de grande…
-Sí, pese a que vengo de familia futbolera: mi viejo, Pedro Rodríguez, llegó a jugar en la Selección sanjuanina, mi tío también se destacó, yo largué en Alianza a los 19 años. Con 20, me fui a probar a San Martín por intermedio de un amigo y quedé. Jugué un partido en Cuarta y di el salto a Primera.
-No es habitual que alguien llegue a ser profesional sin tener hecha las inferiores.
-Cuesta, pero yo venía con mucho tiempo de jugar en los potreros, en torneos barriales y eso me ayudó. Hoy es distinto: sería muy complicado que un chico le pase lo mismo que a mí. Ahora se le da mucha importancia al semillero, a la Escuelita.
-¿Qué hubiera sido del Roly Rodríguez de no ser futbolista?
-Yo cuando empecé a jugar ya trabajaba desde los 14 años como "Auxiliar de farmacia", tengo ese título. Así que supongo que ésa hubiera sido mi profesión durante la vida.
-La última, ¿qué consejo le darías a un chico que recién arranca en el fútbol y quiere triunfar?
-Que vaya despacio. Y antes que nada que no deje de estudiar, porque cuando te va mal en el fútbol debés tener un "plan B" y eso te lo brinda el estudio. Son muy pocos los que cumplen el sueño de ser profesionales y por eso hay que estar preparados por si las cosas no salen bien.

