– Pasó la alegría del ascenso, ¿ahora con la mente puesta en el Oficial?
– Sí, por suerte la dirigencia volvió a creer en este proyecto que iniciamos el año pasado. Una de las condiciones fue retener la base de jugadores que lograron el ascenso y eso se cumplió, por eso estamos intentando trabajar lo más profesional que se pueda.
– Que el debut sea contra otro equipo pocitano (Atenas), ¿le da el plus especial?
– Sí, seguro. Hacía mucho tiempo que no se jugaba contra Atenas. Será un clásico por lo que significa cruzarse con otro equipo del departamento. Y que sea contra Atenas que viene de jugar en el Argentino B seguro que le da un toque especial.
– ¿Toda tu vida estuviste ligado a este club?
– Prácticamente me he criado dentro de este club. Mi abuelo Hatalivar Márquez fue uno de los fundadores, después mi viejo Eradio fue presidente, dirigente, técnico y hoy por hoy es consejero en la Liga y yo por mi parte después de haber jugado toda mi vida únicamente en este club, ahora me toca ser el técnico. Hay muchas cosas en mi vida que han quedado de lado por Picón. Por ahí uno a la hora de analizarlo, se da cuenta lo importante que puede resultar una institución en la vida de una persona.
– Tan importante es para vos que a horas de haber sido papá, ya estás dirigiendo…
– Sí, anoche nació mi hijo Benjamín, hoy fui en la siesta a verlo en el horario de visitas y ahí nomás me vine al club y ahora salgo y me vuelvo al hospital.
– ¿Hincha de Picón también?
-Es un decreto, si no es hincha de Picón no va llevar el apellido (risas). Hoy estábamos hablando con la madre de mi hijo si iba a venir a la cancha, pero es muy chiquito así que vamos a esperar unos días más. Aparte ella es hincha de Aberastain así que siempre discutimos por eso. Igual Benja ya tiene la camiseta de Picón.
– ¿Se complican los entrenamientos por el hecho de tener muchos jugadores que trabajan?
– Tenemos jugadores que han vuelto a jugar y lo hacen porque les gusta. El esfuerzo que hacen es impresionante. Salen de trabajar y ahí no más se vienen al club. Dentro de la humildad que hay acá, se les brinda lo más que se pueda pero obviamente no les alcanza para vivir de esto. Aparte todos los jugadores del club, en este momento, están cosechando aceitunas. El club siempre se ha caracterizado por eso. Es la fuente de trabajo de la zona. Los entrenamientos se van dando en tandas.
– ¿Cuál fue el momento más difícil que atravesaste en este club?
-Por Picón caí en depresión. Fue cuando perdimos la primera final contra Del Bono en el 2004. Fue un golpe muy feo para mí, tanto que tuve que terminar yendo al terapeuta. Debo haber tenido 24 o 25 años, ese golpe me marcó muchísimo. Caí en un estado depresivo muy grande, no podía salir de mi casa. Eso me llevó a no venir al club por dos años y eso que vivía acá en el fondo del barrio. Después volví y llegamos a jugar otras dos finales.
– Te ilusionás con la permanencia.
– Sí, por supuesto. Soñamos con eso y vamos a tratar de lograrlo.
– ¿Cábalas, amuletos o promesas?
– Nada. Soy creyente pero no creo en las promesas. Creo que la permanencia se logra de acuerdo a lo que se haga ahí adentro.

