-¿Cómo llegas a Unión?
-Venía de jugar en Chaco y en el Norte ya estaba medio incómodo. Quería venir a una ciudad tranquila y apenas Unión terminó el otro torneo, Rubén Moreno y Luis Guardia se pusieron en contacto conmigo, ahí comenzó el dialogo. Ellos optaron por traer otros arqueros, pero sobre el final me llamaron y no dudé en venir.
-¿Nunca antes habías jugado en Cuyo?
-No, y eso que anduve por varios clubes del ascenso. Pero estaba con ganas de cambiar de aire, de zona. En Chaco me casé y mi señora (Natalí) quedó embarazada. Necesitábamos una zona tranquila y prolija y por referencias de un amigo (Luciano Precone), me dijo que para lo que yo buscaba San Juan era lo ideal.
-¿Y realmente era lo que te esperabas?
-La verdad que todos los días vamos rectificando lo que vinimos a buscar. San Juan es más de lo que esperaba. Y no solo en el trabajo, fuera de eso estamos muy cómodos. El sanjuanino tiene una personalidad especial, es amable, te trata muy bien, acá en la ciudad tenés todo cerca, no hay peligros. Viví en Rosario y Buenos Aires, que son ciudades donde ya no se puede vivir.
-¿Pensaste ya en el nombre de tu hijo?
-Sí, Nati tiene tres meses de embarazo. Si es varón se va llamar Mirko y si es nena se va llamar Mirko (risas). No la verdad que no pensamos el nombre de nena y no porque no queramos una nena, sino porque hace dos años que venimos llamando a Mirko imaginariamente.
-Los tatuajes tienen significado especial?
-Nooo, son cosas de adolescente, me los hice cuando tenía 15 y ahora tengo 30, imaginate. Si fuese por mí ahora no los tendría, ya no pienso igual.
-Hablando de lo futbolístico, tuviste que empezar desde atrás… ¿te imaginabas un debut así (NdR: debutó en la 3ra fecha ante Maipú por la lesión de Lucero).
-Uno cuando va a un club sabe que tiene que estar preparado para cuando le toque. Siempre tratando de ganarse el lugar siendo buen compañero. Acá se dio rápido y a mí me faltaba puesta a punto pero el equipo me necesitaba por circunstancias del fútbol y gracias a Dios estuve a la altura de mis compañeros.
-¿Pensas que el trabajo del arquero es el más importante en un equipo?
-El trabajo del arquero es complicado. Cuando te toca un buen partido sos el mejor y cuando te comes un gol y perdiste, el arquero es el malo de la película. Este puesto no es para cualquiera, requiere mucha personalidad, sino lo tenés te puede perjudicar. Por eso cuando te va bien no tenés que creerte el cuento de todos y cuando te va mal tampoco tenés que echarte la culpa.
-¿Para qué está Unión en este torneo?
-Unión recién está conociendo la categoría, creo que ascender al Nacional B sería una bendición, pero uno nunca pierde la ilusión, eso es lo último que se pierde en la vida. Interiormente no te voy a decir lo que siento, pero la realidad marca que hay otros equipos que se prepararon económicamente y estructuralmente para ascender en este momento, pero la verdad está adentro de la cancha.