Fue un golpe inesperado. Letal. Algo que le cambió la vida para siempre y que incluso lo llevó a plantearse dejar el fútbol para siempre. Gustavo Toranzo, el pasado 1 de febrero, sufrió un accidente cuando volvía en colectivo de la pretemporada con su club de entonces, el 2 de Mayo de Paraguay. Como consecuencia del choque, el central de San Martín llegó a desmayarse tras el impacto y cuando reaccionó todo era un caos. Pero hay una imagen que el ex Arsenal jamás podrá borrar de su memoria: el cuerpo, ya sin vida, de su compañero de asiento y amigo, Mariano Giménez, quien fue una de las dos víctimas que tuvo aquel choque mortal en la ciudad guaraní de Pedro Juan Caballero, 500 kilómetros al norte de Asunción. Por eso es que aún mantiene ese miedo a subirse a los colectivos, aunque, según dijo el defensor, que sería por primera vez titular el sábado ante Italiano (15.30, sin TV), en caso que no se recupere Líder Mármol, es la fuerza que le brinda Giménez la que lo lleva a continuar.
"Fue un momento durísimo. Veníamos en el colectivo con todo el plantel de regreso al club, después de haber realizado la pretemporada. Pero una rueda del colectivo se reventó y comenzó a dar vuelcos. En ese momento, no recuerdo más nada porque me desmayé. Cuando volví en mí, me acuerdo que estaba Mariano ya fallecido al lado mío. Se había incrustado su cabeza contra la ventaja porque él iba del lado de afuera. Además, murió un dirigente que se desnucó", recordó consternado por aquella vivencia el zurdo, quien hizo las inferiores en Arsenal de Sarandí.
"Había hecho muy buena relación con Mariano, quien estaba re contento porque venía de El Porvenir y para él era un paso gigantesco en su carrera ir a jugar a la Primera de Paraguay", expresó Gustavo y agregó sobre el post accidente "se me cruzó no jugar más. Pero después, con el apoyo de mi familia, recapacité y pude salir adelante. Pero hoy todavía tengo terror de viajar en colectivo. Aunque Mariano es el que me da fuerzas para que lo haga. Todo esto es para él".
Antes de llegar a San Martín, a Toranzo le ofrecieron renovarle el contrato en 2 de Mayo, aunque prefirió dejar Paraguay para, en algo, borrar esos pésimos momentos. "Estar en San Martín para mí es un volver a vivir. Lo tomo como una recompensa de la vida por todo lo que sufrí entonces. Ojalá que pueda ayudar al equipo y seguir saliendo de a poco de todo lo que me pasó en Paraguay", cerró el central de 22 años. Protagonista de una historia conmovedora.

