Siempre dicen que los Mundiales de hockey terminan siendo definidos por los cuatro grandes. Varias veces ya pasó que no fue así, pero la generalidad indica que ese concepto es válido. Que España, Argentina, Portugal e Italia llegan a la definición por el título. A lo largo de los anteriores 41 torneos ecuménicos ocurrió mayormente esta situación. De hecho, entre estos cuatro seleccionados se ‘reparten’ 41 títulos (España 16, Portugal 15, Argentina e Italia 4 para cada uno). De hecho, el que se ‘coló’ entre los monstruos fue Inglaterra (con 2) pero los obtuvo en las primeras ediciones del Mundial en 1936 y 1939, es decir cuando era otra la historia y el hockey se jugaba de una manera muy diferente a la actual.
En la Rouche Sur Yon pasó aquello de las excepciones. Tres grandes quedaron adentro de las semifinales: España, Argentina y Portugal. Pero el otro -Italia- perdió el jueves increíblemente ante Alemania, por uno de los Cuartos de final. Sí, la Alemania que tiene un hockey puramente amateur dejó afuera a los Tanos. Esos que todavía tienen un hockey profesional. Ciertamente más desgastado que años anteriores, pero profesionales al fin. Donde sus jugadores estrellas cobran varios miles de euros y cuya Liga es una de las más destacadas por nivel y poder adquisitivo de Europa.
No como en Alemania, donde la actividad está en pleno crecimiento. Sergio Pereira, el portugués nacionalizado alemán, aclaró: “Nosotros nos entrenamos dos o tres veces a la semana y cada uno tiene otro trabajo. No vivimos de esto pero siempre nos tuvimos fe para dar un golpe de este tipo. Sabemos que España será un rival aún más duro en semifinales (hoy, desde las 12.40) pero nadie nos quita el sueño de seguir progresando”. El jugador la tiene clara. Con sus 36 años sabe que esta jornada serán el partenaire de los españoles, pero que le dieron un golpe de nocaut a un hockey que viene desgastándose con el tiempo. Igual, rara resultó la situación, porque Italia venía de ser el campeón europeo, ganándole a Portugal la final en Alcobendas (España). Aunque en los mundiales recientes, Italia ya dejó de asustar al resto como lo hacen las otras tres potencias. De hecho, en el 2013 en Angola, no se metió en semifinales como ahora y por eso quedó excluido de los cabezas de serie, tomando ese privilegio el combinado chileno.
Los otros tres ‘grandes’ están. Se podría decir que España, Portugal y Argentina llegaron sin despeinarse a las semifinales. Tal vez lo de los ibéricos fue mucho más claro que lo de los argentinos y portugueses pero es porque su partido se dio de manera completamente impensada. Mozambique se había mostrado como una fuerza respetable ante la Argentina pero ayer pareció un equipo novato ante la superioridad del campeón.
Inclusive el técnico Paul le dio minutos a los suplentes. Así y todo aplastó a los africanos sin ningún contratiempo.
Lo de Portugal y Argentina fue igual de efectivo. Los lusitanos le ganaron demoliendo de a poco a Chile (otro que decepcionó porque nunca mostró esa garra característica de los mundiales recientes). Y los argentinos lo hicieron con mayor equilibrio y más pensante sobre Francia, el equipo local que había hecho ilusionar tanto a su gente que todos acá ya se veían en la final del Campeonato. A la postre de los resultados, una utopía.
Así las cosas, la lógica indica que España termine definiendo este nuevo Mundial con Argentina o con Portugal. Acá nadie se la juega.
Es lógico que argentinos y portugueses se alaben diciendo que el rival es un gran equipo. Pero seguro que es también lógico que los dos tienen aspiraciones de dejar en el camino al otro. Y los que extrañamente tampoco se juegan son los españoles, que dicen que Alemania es un rival tan peligroso como lo hubiese sido Italia. Está claro que apenas son respetuosos.
Sería ideal ver una nueva final España-Argentina.
Porque varios de los españoles quieren retirarse siendo campeones (caso especial el Pelado Pedro Gil) y porque los argentinos añoran una revancha especialmente de los dos últimos Mundiales. Aquel de San Juan que terminó 5-4 para España o el de Angola, que terminó 4-3 para el mismo equipo. ¿Será que el destino los volverá a juntar? Puede ser, pero algo no está claro en las matemáticas: Tres más uno no es cuatro.

