De antemano se sabía que el cuarto amistoso de pretemporada para San Martín iba a ser el más complicado. Porque enfrente estaría nada menos que Godoy Cruz de Mendoza, el primer equipo de Primera División al que enfrentaría en los ensayos y que en esta temporada que larga en una semana tiene como objetivo clasificarse a la Copa Libertadores. Las presunciones se cumplieron y el Verdinegro de Darío Franco cerró su preparación con la primera caída. Fue 3-1 para el Tomba en un partido que finalmente tuvo público -ver aparte- y donde quedaron expuestas las diferencias de ritmo. La soltura para jugar siempre y la capacidad de reagrupación, principalmente en el aspecto defensivo. Igual, en siete días comienza el verdadero campeonato para este San Martín que como predica su DT apostará a un juego vertical y siempre con la premisa de ser agresivos.
Los dirigidos por Omar Asad dominaron casi por completo la primera parte. Le quitaron el balón a la visita y no lo desaprovecharon. Alderte y Videla quedaban demasiados separados y la defensa sanjuanina pagaba las consecuencias, sobre todo por los laterales. En ese sentido el que peor la pasó fue Acosta, quien penó en inferioridad numérica ante los atacantes rivales. Sin el balón, Nadaya no logró hacer casi nada y por eso Penco deambuló como el solitario nueve. A los 8′ Carranza aprovechó una falla en la zaga central del verdinegro y facturó con un zurdazo potente. Más allá de ser dominado, San Martín empató pasada la media hora con un bombazo de Roberval desde 30 metros. El típico gol de otro partido, como se suele decir. Porque antes del tanto del brasileño se lo habían perdido tanto Miranda como Salinas para el local.
La parte final resultó algo más equilibrada, aunque con la sensación que en un par de toques Godoy Cruz iba a hacer bastante daño. Y así fue porque a los 15′ un zurdazo de Salinas, tras un buen contragolpe, puso arriba al mendocino. Un par de minutos antes Pocrnjic le ahogó el segundo grito a Carranza. El 2-1 era la justa medida del partido. Penco casi lo empata en la única que tuvo, pero su zurdazo no pudo colarse por debajo del arquero. Y para demostrar las diferencias entre uno y otro, en la contra de esta chance y tras una pelota perdida en el medio, el grandote Salinas estampó el tercero, en una tarde donde San Martín pareció jugar a otra velocidad.

