El número es envidiable: 12 partidos como visitante, 12 triunfos. Y, por si fuera poco, apenas un sólo set perdido en esos doce choques. Es increíble. Porque inclusive la campaña de UPCN San Juan Voley jugando fuera de casa es mejor que cuando lo hace en el estadio “Aldo Cantoni”, donde perdió un partido (el único) ante La Unión de Formosa y fue vencido en ocho parciales pese a que ganó esos partidos.
Pues bien, pasado mañana, en Lomas de Zamora, el Gremial tendrá una última barrera en su objetivo de lograr el tetracampeonato. Allí, en Buenos Aires, lo espera Lomas Voley, que le hizo las cosas difíciles acá, en San Juan, en los dos primeros partidos y que ahora, en el tercero, no tiene otra alternativa que ganar para seguir “con vida”.
En todos los deportes las estadísticas son importantes. No decisorias, porque el resultado no queda determinado de antemano por ellas. Pero a veces inciden en los desarrollos de los partidos. En el vóleibol, esos “números previos” afirman muchos detalles. Porque son vitales para encontrar secretos en los esquemas de juego. Y además para tener en cuenta tendencias.
Y ahí, en todo eso, es donde UPCN mete miedo con sus números cuando juega de visitante. Además, quedó en claro que en San Juan, en los dos primeros partidos, el Gremial tenía toda la presión sobre sus hombros. Ahora el que tiene esa presión es Lomas, más aún porque no tiene otra escapatoria que ganar.
Tal vez el mayor secreto del equipo sanjuanino sea ganar el primer set. Meter todo. Tirar con toda la artillería. Lo pondría a Lomas en una situación extrema.
Hasta ahora el único set que perdió UPCN de visitante fue el tercero ante Gigantes del Sur (en cuartos de final). Ese día fue por el típico parcial de relajación. Pasado mañana tiene que jugar a dientes apretados todo el tiempo. Si lo hace, será campeón e invicto de visitante.

