Unos pocos meses atrás, ni él hubiese imaginado estar viviendo este presente. Lucas Alario fue figura en River el domingo en la goleada 4-1 sobre Nueva Chicago al marcar por primera vez tres goles en un partido en su carrera y por eso se convirtió en el "Personaje del finde" para DIARIO DE CUYO. El pibe de 22 años tiene una historia más similar a un cuento de hadas. Vendría siendo casi como "Cenicienta" pero en versión masculina, claro. Es que el joven delantero surgido en Colón de Santa Fe, estuvo a un paso de no llegar a River. Una lesión amenazó con cortarle el futuro al Flaco, que entre lágrimas llegó a decir en ese momento que si eso pasaba, se volvía a su pueblo y colgaba los botines. Eso no ocurrió y hoy el delantero del Millo se encuentra viviendo un gran momento que lo tiene como protagonista.

Alario se crió en "Cuatro Bocas", un pequeño pueblito santiagueño de pocas casas y 150 habitantes. Aunque en realidad es santafesino porque sus padres tuvieron que hacer 50 kilómetros hasta Tostado (otro pueblo ubicado en el límite de Santa Fe con Santiago del Estero) para ir a la clínica más cercana para su nacimiento. Desde chico, y nunca imaginando que llegaría a triunfar en el fútbol, era hincha de Boca, como su papá. Claro, hasta ese entonces el fútbol no era su fuerte y le agarró el gustito de más grande. Eso lo declaró hace un tiempo atrás, cuando todavía en el Sabalero le preguntaron en qué club le gustaría jugar, si en Boca o en River. El pibe, inocente, se inclinó por el Xeneize, con quien se enfrentará el próximo domingo e incluso llegó a declararse fanático de Juan Román Riquelme. Toda esa historia quedará atrás porque a nadie en el mundo River le interesará saberlo.

El pibe es hoy una de las figuras en River. Lo demostró el domingo cuando se despachó con tres goles en la goleada 4-1 ante Nueva Chicago. Su "hat-trick" significó mucho para él. Para ese pibe que con humildad se metió ya en el bolsillo de los hinchas. Tanto, que muchos ya se animan a compararlo con Hernán Crespo, héroe en el ’96 o con el eterno Juan Gilberto Funes en el ’86. Todas esas comparaciones comenzaron en la Copa Libertadores. Alario marcó el gol de la semifinal en Asunción y repitió en la final, nada menos que siendo el mejor jugador del partido. "La verdad, todavía no caigo. Hace dos meses no imaginaba ser campeón de América. Y hacer un gol en la final… Es un sueño, no me quiero despertar", dijo esa noche salpicado por la lluvia y la felicidad.

El domingo fue clave. Marcó su primer "triplete" con la camiseta de la Banda. Ahora se ilusiona con ir por más y seguir agigantando esa figura. Alario, ese mismo que entró con el deseo de mostrar que llegó de Santa Fe con hambre de gloria, buscará repetir el domingo, ni más ni menos que ante Boca.