La tercera no fue la vencida para el mendocino Martín Alund que cayó una vez más en una final de Challenger ATP y no pudo experimentar por primera vez lo que significa ser campeón en este tipo de torneos. Ayer, en el certamen que organizó el Club Banco Hispano y que repartió 35.000 dólares en premios, su verdugo fue el holandés Thiemo De Bakker, quien lo derrotó por 6-2, 3-6 y 6-2 en 2 horas y 15 minutos.
Tras la derrotas en México, ante Grega Zemlja en el 2008, e Italia, frente a Tommy Robredo hace apenas 3 meses, se repitió la imagen de Alund alzando el premio por el segundo puesto. Es cierto que esta vez estuvo un poco más cerca ya que llegó al tercer set con más lucidez que el europeo. No obstante, De Bakker quebró de entrada el servicio del argentino y encaminó la victoria para escaparse del club y tomar un vuelo a Río de Janeiro, Brasil, donde otro Challenger busca tener dueño.
El partido no comenzó bien para el 130 del ranking mundial porque no pudo desenvolverse con la misma perspicacia que en la semifinal del sábado, ante Iván Navarro. En los primeros games, De Bakker (150) quebró los tres primeros servicios de Alund. Y, si bien pudo recuperar un quiebre, a priori el octavo preclasificado no le encontró la vuelta al europeo que se mostró muy sólido jugando desde el fondo y leyendo el juego de una manera sensacional.
Con la desventaja de 4-1, comenzaron a bajar los calurosos aplausos de la tribuna Este (prácticamente repleta) para el tenista de la vecina provincia que achicó diferencias y luego volvió a mostrar falencias que le costaron el set. Sin embargo, en el segundo capítulo, Alund fue un jugador renovado que bajó notablemente los errores no forzados y comenzó a mover a su rival obligandolo a realizar golpes en movimiento, algo que le costó bastante. Así, atacando con fenomenales tiros ganadores, Martín igualó el set ante un De Bakker que sintió el cansancio.
Pero en el último set, el europeo quebró en el segundo game con dos bolas cortas a las que no llegó Alund y luego se puso 3-0 arriba. Con mucho orgullo, el argentino siguió luchando y jugando a los vértices. No obstante, De Bakker no aflojó, aprovechó un triple match point y cerró el partido 6-2.

