Abel Alves continuará como entrenador del plantel profesional de Boca Juniors al menos hasta el partido de pasado mañana ante Colón, y su continuidad, que no pasará del fin del torneo Clausura, depende de una satisfacción en ese encuentro.
En tanto, la dirigencia boquense buscará una definición rápida del técnico que asumirá antes del inicio del torneo Apertura, que se llevará a cabo en el segundo semestre del año.
Según fuentes allegadas al club de la Ribera, Guillermo Barros Schelotto no estaría decidido a dirigir por el momento y en consecuencia la Comisión Directiva iría por Diego Cagna, hace tiempo candidato pero que siempre se queda en el camino.
La otra opción sería Fernando Gamboa, quien ya pasó por el club como jugador y también como entrenador de inferiores. Tanto el ex entrenador de Tigre como el ex de Chacarita estarían interesados en sumarse al club xeneize.
Hoy por la noche habrá reunión de Comisión Directiva en la que según el presidente Ameal "se tratará de seguir analizando y buscar soluciones a los problemas que estamos viviendo. Lo del domingo nos golpeó y queremos salir de este momento lo más rápido posible".
En tanto, Alves se presentó ayer por la mañana en Casa Amarilla y declaró que "el jueves vamos a ir a Colón a tratar de ganar", develando la incógnita sobre su continuidad al salir de Casa Amarilla en las primeras horas de la tarde y pidió "disculpas a la gente" por los malos resultados.
"Estamos dando lo que podemos", admitió el técnico, aludiendo con una visceral sinceridad sobre las limitaciones de Boca.
El Chueco salió con mejor semblante que con el que entró a Casa Amarilla, pero si Boca pierde dejará su cargo.
Ayer Alves entró a Casa Amarilla apesadumbrado, con la cabeza gacha, vestido con saco sport marrón y pantalón claro, con un bolso de mano, y con la renuncia presta, pero también temprano estuvo Marcelo London, uno de los dirigentes más influyentes en el Departamento de Fútbol que le pidió que siga al menos hasta el jueves. No fue un respaldo, fue un pedido de aguante a Alves, el mismo que había dicho que de Boca se va "muerto".
Pero la nueva derrota (lleva sólo dos triunfos en doce partidos) y encima las declaraciones de Palermo pidiendo tomar "decisiones", minó las resistencias del Chueco.
Para la directiva, el gran problema no es Alves, sino la sucesión efectiva en el cargo de técnico para rearmar un equipo.
Por ello el presidente Jorge Amor Ameal, quien por la noche estuvo reunido en La Bombonera con otros dirigentes, quería hablar con Guillermo Barros Schelotto, pero el ídolo xeneize por ahora no quiere dirigir.
En consecuencia, tomó fuerza la posible llegada de Cagna, a quien dos dirigentes (Rómulo Zemborain y José Beraldi a través de su hijo Fabián) lo llamaron para hacerle un sondeo ni bien renunció Alfio Basile.