El presidente de Boca Juniors, Jorge Amor Ameal, admitió ayer que el equipo jugó ante Tigre su "peor partido", que los jugadores sintieron "vergüenza de ellos mismos" por lo hecho y que a partir de allí tiene esperanzas de resurgir con una victoria en el superclásico del domingo frente a River.
Ameal negó que exista un complot del plantel en contra del técnico Abel Alves, a quien respaldó momentáneamente en su cargo, aunque tomó distancia de las acusaciones del DT sobre falta de actitud de algunos jugadores al afirmar que "todos los profesionales de Boca tienen un alto honor y sienten la camiseta como tal".
"Cuando terminó el partido, vi a todos los jugadores sentidos y preocupados. Todos, sin excepción, sintieron vergüenza de ellos mismos. Por eso pienso que se puede salir", destacó Ameal.
Fiel a su estilo, Ameal intentó bajar el nivel de crispación que hay dentro del plantel, en el seno de la dirigencia y en el entorno de Boca a partir de la peor de las campañas y que ante, justamente River, puede desembocar en el último puesto de las posiciones.
Sin embargo, difícil le es tapar el sol con las manos, habida cuenta de que Hugo Ibarra hace declaraciones fuertes, Juan Román Riquelme también, surgen pintadas contra dirigentes y el propio entrenador insiste, una y otra vez, sobre la falta de "actitud" de futbolistas, como lo hizo tras el partido ante Tigre.
Hoy Alves volverá a tener a su frente a los futbolistas a quienes intentará poner a tono con la leyenda del superclásico.
El titular boquense reconoció que "si tuviera certeza de que existe un complot, el tema se solucionaría inmediatamente" o de lo contrario, los dirigentes estarían siendo "cómplices" del mismo.
Ameal asintió que no pasa "de largo que Boca está antepenúltimo" y afirmó que estaba "tan golpeado y preocupado" como todos los hinchas. "Por favor, nadie entra a la cancha a no ganar", protestó cuando se le preguntó por la actitud de los jugadores.

