“El desafío es devolver a Obras a la A1”. El factor insignia de este Obras Pocito, Jorge Elgueta, dejaba en claro con esta oración el objetivo de él y sus dirigidos-compañeros de cara a la final ante Ciudad de Buenos, por el ascenso a la Liga Argentina A1 de vóleibol. Y el equipo que supo decir presente de manera ininterrumpida en las primeras 23 ediciones de la Liga principal del país anoche dio el golpe. El impacto que nadie esperaba, pero que solo los clubes con mística y grandes jugadores pueden hacerlo: venció como visitante 3-1 al hasta ahora imbatible Ciudad y dejó la serie final igualada en un partido por lado. El sábado y domingo próximo, en San Juan, buscará cumplir el objetivo trazado por el Negro, quien a sus 43 años, ayuda al club de sus amores en su doble función de jugador y técnico.
Después del 0-3 en la apertura de la serie el sábado, Obras Pocito debió anoche barajar y dar de nuevo. El equipo, en su mayoría plagado de juveniles de la cantera del club, hizo el famoso clic. Un dato: Ciudad había ganado sus 10 partidos en esta Liga A2 y en su estadio solo había cedido un set. Anoche la historia fue distinta en el segundo capítulo de la final que está prevista el mejor de cinco juegos. Desde el arranque, la visita tomó el control del partido en el marcador. Asumió el rol protagónico en ese set inicial hasta liquidarlo 25-22. El trámite siguió con igual desarrollo en el siguiente parcial: Obras manejando los hilos del partido y el local en una situación tan incómoda como desconocida en el certamen. Así, no sorprendió el 25-19 para los sanjuaninos, quedando a un paso de emparejar la serie. Pero Ciudad, equipo que supera ampliamente en el presupuesto económico de esta temporada a su rival (1,2 millones de pesos contra 100 mil), sacó a relucir la jerarquía de sus jugadores. Contra la pared, relució lo mejor y supo descontar en el score mediante el cómodo 25-18. El mérito sanjuanino estuvo en nunca perder la calma y volver al camino de los dos sets iniciales. Obras se colocó a la vanguardia desde el amanecer de lo que sería el set decisivo y nunca más miró para atrás. Lo cerró por 25-20 y dio un paso inmenso pensando en volver a la elite nacional del vóleibol. Un lugar de privilegio del que se fue hace cuatro años y donde se lo extraña bastante.