Cuando apenas habían pasado algunos días de la muerte de Diego Maradona y la causa judicial recién arrancaba, Matías Morla le envió un mensaje de WhatsApp al neurocirujano Leopoldo Luque para contarle una novedad que lo entusiasmaba. El texto decía: “Hermanas a muerte conmigo”. Eso se tradujo luego en que las cuatro hermanas del Diez se presentaran como querellantes en el expediente que investiga las circunstancias del fallecimiento con, obviamente, Morla como su abogado. Esa jugada lo convirtió en un personaje de doble interés. Por un lado, era el representante legal de una de las partes damnificadas y, al mismo tiempo, uno de los investigados. Sin embargo, esa situación se terminó hoy. Es que el juez Diego Martínez (Orlando Díaz se encuentra de vacaciones) aceptó un pedido de Dalma y Gianinna y decidió su apartamiento como defensor. Es decir que ahora no tiene ningún tipo de vinculación formal con la causa, más allá de que los fiscales analizan todavía si lo imputan. Además, solicitó que se lo investigue en una causa conexa por prevaricato.

“La asesoría jurídica que el Dr. Matías E. Morla ha conferido a los potenciales imputados y damnificadas en los albores de la pesquisa, la verificación de relaciones de cercanía con algunos de los encausados y la sustanciación de causas por delitos de naturaleza económica que se siguen al letrado a partir de su labor como apoderado de quien en vida fuera Diego A. Maradona, dan cuenta clara del quebrantamiento de los arts. 58 y 60 inciso 1ero. de la Ley 5177”, dice el escrito de 18 hojas al que accedió Infobae.

En concreto, el magistrado hizo un recuento de las conversaciones que Morla tuvo los días posteriores a la muerte en las que, explícitamente, brindaba apoyo y asesoría informal a los médicos que luego fueron imputados, como Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov y el psicólogo Carlos Díaz. Para el juez esa evidencia recolectada en el expediente evidencia una incompatibilidad con su actual rol como abogado querellante en representación de las hermanas de Diego.

El juez, además, hizo hincapié en la relación que unía a Morla con dos de los imputados y que eso quedó plasmado en las propias indagatorias que realizaron: “Adviértase también que la relación de conocimiento y afinidad que enlazaría a Morla y los inculpados Díaz y Luque encuentra sustento en las propias expresiones de los mentados al momento de prestar declaración”.

“En síntesis, no debe restarse importancia a las derivaciones que la intervención de un abogado patrocinante que incurre en un conflicto de intereses ocasiona para la consecución de los fines del proceso. Es que los consejos, influencias y sugerencias que un profesional efectúa en el ejercicio de su ministerio, el sentido que pudiera imprimir a la estrategia que trace en el procedimiento, resultan sustanciales no solo para las decisiones que la parte que representa pueda adoptar, sino también puede contribuir o conspirar contra los fines del procedimiento y su normal desenvolvimiento, y con ello el arribo a la verdad y la eventual aplicación de la ley penal, consecuencias indeseables que no se subsanan a partir de la intervención de otros sujetos procesales”, agregó en el escrito.