Los jugadores tuvieron un apoyo especial desde San Juan y se trató ni más ni menos que el afecto familiar. A miles de kilómetros, los nervios se vivieron por igual durante el partido. A la provincia no llegaron las imágenes del encuentro por televisión, por eso, la única vía para seguir la final fue la radio. La familia Ordoñez (a la derecha) la vivió de manera especial en su casa de Desamparados. Lucas tuvo el apoyo de su mamá Graciela, sus hermanos Mariano y Daniela, su cuñada Gabriela y su sobrino Lisandro.

"Le mandamos videos a Lucas y se emocionó hasta las lágrimas. Tendremos que ir a la Difunta y San Expedito para agradecer’ contaron. En la cantina de Richet y Zapata, Gonzalo Romero también tenía aguante. Su papá Miguel Ángel, sus hermanos Mariano y Emiliano y sus compañeros de equipo comían un asado esperando el encuentro y alentado a la distancia al regalón.