Adrenalina en su máxima expresión, entremezclada con la amarga sensación de ver pasar las máquinas por última vez en suelo sanjuanino, de quedarse con ganas de más, de saber que durante dos días San Juan fue el epicentro del campeonato más importante del mundo. De ser considerada por los pilotos como una de las más exigentes y que definieron prácticamente a los mejores. Ayer Caucete fue testigo de la despedida del Rally Dakar, primero con el pintoresco Vallecito y finalmente con el plato fuerte que resultaron las Dunas de Vallecito, donde la arena le dio el color a un espectáculo único. Con más de 45.000 personas que vibraron con el paso del Dakar por segunda vez, esperando que en la decisión para el año que viene figure San Juan como etapa para volver a reencontrarse con la mezcla perfecta de naturaleza, máquina, ruido a motor y, sobre todo, una pasión que los sanjuaninos ya tomaron como propia.

La jornada comenzó temprano, tras una noche diferente que regó la arena para hacerla más compacta. Empezó con frío y terminó con el signo que caracteriza a esta provincia: el sol a pleno. A las 8.13 se escuchó a lo lejos las primeras aceleradas. Todo estaba en absoluto silencio por la enorme expectativa. La moto número 2 del francés Cyril Despres se asomó y la fiesta ahí comenzó. Dos minutos después la KTM de Marc Coma ascendía por la duna que estaba copada de espectadores y 120 segundos pasaron para que "Chaleco" López fuera ovacionado por la gran cantidad de chilenos que apoyaban a su coterráneo.

Así el espectáculo se fue armando y el público cada vez estaba más cerca de los pilotos. Varios de ellos, siempre en motos, demostraron las exigencias del trazado y tras escalar la segunda duna y encontrarse con una pendiente muy pronunciada, generó que varios se cayeran o se les detuviera la moto y fue ahí el momento para que la gente interactuara con ellos ayudándolos en una verdadera confraternidad.

Una vez abajo, la mano derecha de cada uno aceleró y fueron desapareciendo detrás de una tercera duna dejando la estela de arena, para cerrar el contacto con los sanjuaninos y perderse por el Este para buscar Córdoba.

La emoción seguía intacta. Ahora querían cuatriciclos y el mendocino Sebastián Halpern les cumplió el anhelo. Cinco minutos antes de las 9 levantó su mano izquierda y saludó al público. Pero no fue todo, los autos, los más grandes dado que los camiones iban en enlace por un sector llano, eran quienes se dejaban caer por las dunas mientras el eslabón era permanente. Nasser Al-Attiyah a las 10.27 mostró que por algo es el candidato y en un sector que muchos temieron y frenaron, él lo pasó como si lo conociera levantando arena.

Luego quedó lugar para aquellos que hacen sus primeras armas, que sólo piensan en terminar. Pero eso a los sanjuaninos poco les importó, quienes de a poco empezaron a darse cuenta que el Dakar dejaba suelo sanjuanino, ansiosos e ilusionados de volver a repetir ese enamoramiento que hubo durante jueves y viernes, con más de 165.000 personas, dentro de un año más.