En la previa, del lado de Argentina, se habló de partido bisagra. Y así lo fue tras el 2-1 en el Hexagonal ante Brasil y la clasificación asegurada al Mundial de Colombia de la categoría. Además la chance de ir a los próximos Juegos Olímpicos, Londres 2012, se mantiene intacta y con el plus de tener el ánimo por las nubes tras dejar sin invicto al gran cuco del torneo Sudamericano sub 20 que se juega en Perú.

El encuentro se quebró en su desarrollo de forma determinante a los 6' con la expulsión de Juan por cometerle penal a Rogelio Funes Mori. El nueve de River recibió un manotazo del zaguero brasileño a la salida de un córner y el Mellizo lo cambió por gol para el 1-0 parcial. Brasil tuvo que arreglar el desorden en su defensa con la salida de su central y la albiceleste aprovechó siempre que pudo para manejar el balón. Pese a ello, Brasil demostró su poder ofensivo con algunas llegadas mediante su estrella de 19 años, Neymar, quien hasta anoche había marcado 7 de los 16 tantos de su selección. Justamente el siete de Brasil tuvo la más clara para empatarlo a los 34' cuando su cabezazo fue rechazado de forma estupenda por el arquero Andrada. En el rebote, Lucas le pegó su remate al travesaño y así los de Perazzo se salvaron de forma providencial.

Antes del minuto del complemento, Funes Mori tuvo la chance de estirar la ventaja pero disparó demasiado alto. Brasil iba e iba en su afán de empatarlo y casi lo logra Lucas con un derechazo cruzado que careció por poco de puntería. El que no falló fue William a los 20' tras una gran jugada personal que definió con un toque cruzado ante la salida de Andrada. Pero Argentina le ahogó rápido el festejo a su eterno rival porque a los 22' Iturbe hizo una apilada genial y la terminó con un remate que batió al uno rival para el 2-1. La lluvia torrencial que comenzó a caer desde ese momento provocó imprecisiones en los dos combinados y el lógico cansancio de un campo de juego muy pesado. La victoria para la Argentina no llegó exenta de sufrimiento pues a los 40' Casemiro metió un derechazo exquisito que reventó el travesaño y en el rebote casi la empuja contra su propio arco Andrada.