El 2010 por fin llegó. Y lo de "’por fin” tiene que ver que, cuando en el 2006 vimos cómo la Selección Argentina se quedaba fuera del Mundial de fútbol ante el local Alemania por penales en cuartos de final, apareció aquella frase de siempre: "’en cuatro años habrá revancha”. Y aunque para algunos haya parecido una eternidad y para otros todo este lapso transcurrió en un abrir y cerrar de ojos, lo concreto es que este año es diferente al que se fue, porque la cita ecuménica llegó. Y para los argentinos, que crecimos con la pelota bajo el brazo, es el evento que no queremos perdernos.

La ilusión está y será cuestión de irse preparando para cuando llegue el 11 de junio y Sudáfrica sea el lugar deseado para todos. Mientras tanto, acá, en San Juan, ya nos frotamos los manos con la gran noticia que la selección nacional que orienta Diego Maradona jugaría el 26 de enero ante su par de Costa Rica en cancha de San Martín, como para entrar en calor y bien de cerca, ya que lo mejor lo tendremos tan lejos que la radio, diario y televisor serán el nexo obligado para ilusionarnos en repetir lo del "78 y "86.

Pero además del Mundial, los sanjuaninos tendremos desde mediados de enero hasta el inicio del Mundial, cuatro meses y medio que pueden ser históricos con los seis equipos que representan a la provincia a nivel nacional.

Los ojos están puestos en el gran momento de San Martín, cómodo puntero de la Primera B Nacional, que si mantiene la convicción, el orden y la inteligencia en su juego, a la vuelta de Sudáfrica ya lo podremos ver en Primera, como sucedió hace dos años atrás.

Pero detrás asoma Desamparados en al Argentino A, que con Ricardo Dillon por tercera vez como DT, quiere retomar protagonismo y el lugar que "’su” historia siempre le marcó.

Sin olvidarnos del cuarteto del Argentino B, que ya tiene en Unión a uno de los clasificados a la ronda final, y que en estos meses venideros Trinidad, Alianza y Del Bono quieren alcanzar y para eso ya se reforzaron.

Se viene un año distinto, o ansiado, porque hay Mundial, esperanzas de ascensos, y porque los sanjuaninos, como buenos argentinos, vivimos a pleno el fútbol, como parte de nuestra religión.

Por Sebastián Marengo