Por primera vez en la “Era Arzubialde”, el entrenador cordobés utilizó ayer un enganche definido como fue Jonatan Artura, quien había ocupado esa posición ingresando desde el banco en los partidos antes los Brown (Almirante y Guillermo) en el complemento. Ayer, y ante la falta de creación y de resultados, el ex Racing cordobés fue de la partida. No obstante la misión no fue cumplida y fue uno de los principales aspectos futbolísticos por los cuales Desamparados sumó su sexto partido al hilo sin triunfos y caer en zona de descenso directo.

Del 4-4-2 que Arzubialde venía utilizando desde su llegada al club, donde había cosechado dos empates y una derrota. Ayer pasó al 4-3-1-2 con Artura como enlace por delante de la línea media para ser el nexo que Gigena y Parisi necesitaban para volver al gol. No obstante nada de eso sucedió porque el enganche nunca fue tal. Muy lejos de la pelota y eso que por momentos no tuvo marca. Sin embargo la función no la cumplió y todo a partir de la falta de tenencia de pelota, es que Independiente Rivadavia empezó a agrandarse porque no tenía oponentes y se jugaba siempre lejos de los arcos.

El cambio de esquema no fue el esperado y terminó siendo contraproducente, a tal punto que para el segundo tiempo y con Arzubialde ya en la tribuna tras haber sido expulsado por exceso verbal, volvió al doble 5 con el ingreso de Granero. Con el rubio pelilargo hubo un poco más de resistencia, pero la cuesta ya estaba muy arriba y la Lepra, muy agrandada por la ventajas que le venía dando Sportivo, supo capitalizar una de ellas para llevarse el clásico.