Fue salvaje. La represión de la policía bonaerense en el estadio de Gimnasia provocó una barbarie que dejó como saldo un muerto, decenas de heridas, una avalancha de hinchas que ante la nube de gas lacrimógeno que los asfixiaba intentó salir del lugar pero se encontró con los portones cerrados. El caos tomó dimensiones brutales entre el ataque de los agentes, la desesperación de las personas que querían escapar mientras otros reaccionaban contra la acción indiscriminada de los policías.

Así están las inmediaciones del estadio de Gimnasia el día después de la barbarie policial

Una camioneta blanca prendida fuego frente al estadio, vallas caídas, casquillos de balas de goma, zapatillas, cascoqutes de cemento, piedras y otros tantos proyectiles inundan los alrededores del Juan Carmelo Zerillo, el estadio de Gimnasia de La Plata que anoche fue el epicentro de una tragedia en lugar de lo que debió haber sido un partido de fútbol entre el Lobo y Boca.

Qué pasó en el estadio de Gimnasia

Todo comenzó a las 20:45 horas de la noche del jueves, a media hora del comienzo de partido clave de la lucha por el título de la Liga Profesional que iban a disputar Gimnasia y Boca. En ese momento se cerraron las puertas del estadio cuando cerca de 4 mil personas aún pugnaban por entrar. Frente a esto, la policía comenzó a reprimir con una catarata de balas de goma y una impresionante nube de gas lacrimógeno a los simpatizantes que, con entrada en mano, se amontonaban contra las puertas de ingreso. Adentro, el partido ya había comenzado pero sobre los nueve minutos del primer tiempo el árbitro Hernán Mastrángelo lo suspendió por “falta de garantías”.

Para Sergio Berni, la responsabilidad de la tragedia es de Gimnasia, no de la Policía

El Ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, remarcó que la “responsabilidad de lo sucedido es toda del club organizador del espectáculo”, mientras que comentó que la persona fallecida, identificada como Carlos “Lolo” Regueiro, “murió cuando salía del estadio por un paro cardíaco”.