La penetración con doble y simple por la falta recibida del norteamericano Andre Laws, a sólo cuatro segundos del final del suplementario, por fin inclinó la balanza para un lado. Fue para Atenas, que en Córdoba se quedó con el quinto juego de la final de la Liga Nacional de Básquetbol al mejor de siete partidos, ante el durísimo Peñarol. Terminó 79-76 (70-70) en el primer juego que fue a alargue en este mano a mano que ahora comanda el Griego 3-2 y que de imponerse el domingo obtendrá el noveno título de su rica historia. Un dato que alienta al equipo de Rubén Magnano, quien busca llegar a su cuarta consagración y así ser el DT más ganador de la LNB, es que ninguna equipo remontó en una final al mejor de siete una desventaja de 3-2.
De no ser por el triple, con menos de dos segundos en el reloj, de Leo Gutiérrez para Atenas, los primeros dos cuartos hubieran terminado empatados en 36. Una muestra clara de la paridad de ambos equipos, a lo largo de los 20′ iniciales. De hecho, el primer cuarto se fue tablas en 19, pese al comienzo furioso del visitante que llegó a estar siete arriba (12-5). El aporte juvenil de Federico Ferrini desde el banco cordobés (cinco puntos en el segundo cuarto), le posibilitaron a Atenas igualarlo e incluso quedar arriba. En buena parte por ganar la batalla de los rebotes hasta ese momento (18 contra 13).
El tercer cuarto no difirió mucho de los anteriores. Con la diferencia que Atenas marró bastante desde la zona de triples y Peñarol mejoró en esa arista (36% contra 29% en esos 30′ de juego). El último cuarto resultó a pura defensa. Un ejemplo: a los 3′ decisivos llegaron igualados en 68 y el partido reglamentario concluyó empatados en 70. Aunque es cierto que Peñarol lo tuvo con los dos simples marrados por el pibe Vega, a falta de sólo tres segundos.
En el alargue todo fue marcar y rebotear. Hasta que el Pelado Laws se atrevió y puso el doble decisivo (más el simple por la falta recibida) y así la historia comienza a teñirse de verde.