El tenista, Sebastián Báez (foto) sabe que no hay otra forma de igualar los metros de ventaja que da con su altura. En un tenis actual que viró hacia un prototipo de jugadores de más de 190 centímetros de alto y con un patrón de saque y derecha muy marcado, el argentino llegó para demostrar que se pueden desplegar otras variantes. Y, en ese sentido, está confirmando lo que muchos entrenadores auguraban en el cierre de 2021 y que era ni más ni menos que la gran capacidad de adaptación que iba a tener para adaptarse al circuito mayor durante este 2022. Tanto es así que se metió en la final del ATP 250 de Santiago al derrotar a Albert Ramos Viñolas por 6-4, 4-6 y 6-2 en las semifinales. Ahora será tiempo de recuperación y masajes, para luego sentarse con su entrenador a preparar su primera final a nivel ATP. Del duelo entre el español Pedro Martínez y el local Alejandro Tabilo, finalista en Córdoba hace algunas semanas y verdugo de Báez justamente en ese certamen, que se medían al cierre de la edición saldría su rival para la definición de hoy.