Brasil, 12 de julio.- Después de ser vapuleados, humillados y eliminados por los alemanes en las semifinales de su propio Mundial, el ingenio brasileño tiñó su propia bandear con los colores negro, rojo y amarillo que constituyen la bandera de su verdugo.

Los brasileños decidieron alentar a quien destrozó sus ilusiones de campeón, aquel que revivió los fantasmas del Maracanazo, pero esta vez con un Mineirazo, en vez de apoyar al clásico rival que defenderá el honor de los sudamericanos en el Mundial de Brasil.

No tienen buenos antecedentes los brasileños cuando de posar con otras banderas se trata. En la previa del duelo frente a los teutones, Felipao Scolari y Thiago Silva fueron fotografiados con una bandera argentina. El desenlace ya es historia.