Cuando no se lo golpea en el momento justo, Barcelona después no perdona. En el País Vasco, Eibar supo complicar al líder de la Liga de España. Sin embargo, los goles los marcó el equipo de Ernesto Valverde, que se impuso 2-0 y dejó atrás una racha de dos empates consecutivos. Lionel Messi se lució con una asistencia en el gol de Luis Suárez y fue clave en el segundo, a cargo de Jordi Alba.
 

La última línea catalana no la pasó bien en los primeros minutos del partido. Eibar se le animó a uno de los equipos más poderosos del mundo y fue a buscar su gol. Kike García, el centrodelantero del local, le ganó la posición a Piqué y sacó su remate que a los 7 minutos Ter Stegen evitó que se transformara en gol.
 

Perdonar a Barcelona no le resultó un buen negocio al conjunto vasco. A los 15 minutos, rodeado de rivales, Messi levantó la cabeza y sacó una habilitación magistral para Suárez, que picó en la derecha del ataque, ganó la posición, eludió al arquero, que salió desesperado a taparlo, y definió con el arco vacío para el 1-0.
 

Barcelona no pudo ampliar la diferencia en el primer tiempo -Messi casi mete el segundo- y entró dormido a disputar el complemento, en el que Eibar se animó y hasta dominó por momentos.
 

Sin embargo, la expulsión de Orellana (vio la segunda amarilla por revolear la pelota) apenas pasados los 20 minutos complicó sus aspiraciones de llegar al empate.
 

Tener un hombre más en cancha ayudó a que Barcelona se tranquilizara y, pese a que no pudo dominar al Eibar, se encontró con el segundo gol porque Messi estaba inspirado. La Pulga, poco después de asistir a Aleix Vidal, quedó frente a frente con Dmitrovic, que evitó su gol pero dejó un rebote que tomó Jordi Alba para establecer el definitivo 2-0 a dos minutos del final.