Mientras River sufría la goleada ante Lanús en la final de la Supercopa argentina y las críticas volvían a caer sobre Augusto Batalla, Marcelo Barovero brillaba en México. El arquero fue una de las figuras de Necaxa en el empate 1-1 sobre Monterrey, en el que fueron titulares José Basanta y Rogelio Funes Mori. El Mellizo abrió el marcador para los visitantes y el argentino Claudio Riaño, también titular, marcó la igualdad definitiva. Pero el ex River tuvo una gran intervención, un atajadón, que valió casi como un gol. Fue tan espectacular que hasta el árbitro del partido, Fernando Guerrero, lo celebró. Sí, el árbitro. Se acercó al N°1, le guiñó el ojo y le ofreció un choque de puños. ¡De no creer!