Buenos Aires, 8 de julio.- El futbolista más ganador en la historia de Boca Juniors, Sebastián Battaglia, al ingresar esta noche al campo de juego para su partido despedida recibió una ovación tan generalizada en La Bombonera colmada que admitió que debía "contener las lágrimas antes de tiempo".
"Esto es emocionante, estoy aguantando las lágrimas antes de tiempo. Agradezco a todos los compañeros que pudieron participar", sintetizó un Battaglia muy emocionado, quien entró al terreno rodeado por sus familiares más directos.
Pero en la noche de las ovaciones, además, lógicamente, del agasajado, el estadio vibró en máxima escala cuando fue el turno de presentación para Juan Rómán Riquelme, dado que al ídolo supremo de los xeneizes los aficionados lo hicieron sentir hasta mucho mejor que si estuviera "en el patio" de su casa.
"Contento de estar acá, ojalá que Seba pase una gran noche, que lo disfrute mucho, ustedes también, se los extraña", resumió Riquelme, quien llegado el momento hizo una de sus famosas pausas, aunque en la ocasión, en vez de dejar a un compañero en una inconfundible situación de gol, facilitó que se escuchara "el Angelici, Botón…", que desde las gradas le destinaban a un viejo rival del Topo, el actual presidente del club.
En el "aplausómetro" y el "ovacionómetro" también fueron magníficamente tratados otros ilustres del llamado Mundo Boca, como el entrenador Carlos Bianchi, tan Virrey de La Boca como siempre; el súper goleador Martín Palermo, el desbordante Mellizo Guillermo Barros Schelotto, otro hecho a medida; y guerreros de la talla de los colombianos Mauricio Serna y Jorge Bermúdez, como así también de Rolando Schiavi.
Es que la noche de Battaglia fue la noche de las ovaciones.
