Por Fabio Cavaliere  

Enviado especial
 

El metro de Moscú está considerado uno de los más hermosos del mundo, y quien tiene la dicha de transportarse en él se percata porque se le decía que era "el palacio del pueblo". Es que por estos túneles, donde pasan su tiempo más de 9 millones de personas a diario, se aprecian auténticas obras de arte.

Desde los pasillos revestidos con piedras preciosas, pilares de mármol y decorados hasta las estaciones con esculturas y pinturas magníficas, iluminadas con arañas. Toda esa belleza está realmente profunda, a unos a 84 metros aproximadamente. Cuando uno se monta en las largas escaleras mecánicas, ya sea para ascender o descender, no alcanza a ver el final de la misma.

La explicación de esta hondura, se remonta a su construcción, en época soviética, por la Segunda Guerra Mundial y a los años de la Guerra Fría, cuando el riesgo de ataque nuclear llevó a la planificación de muchas estaciones como refugios.

El subte tiene más de 300 km y unas 203 estaciones, es el quinto sistema de metro más largo del mundo. Por si fuese poco, también es muy puntual a pesar de tener vagones antiguos en muchos líneas.

Tras aquel periodo de batallas y bombas, donde se calcula nacieron 217 niños bajo tierra, hoy este metro posee tours por las estaciones, y 44 de ellas son consideradas Patrimonio de la Humanidad según la Unesco.