Contrariada, se bajó del ring antenoche Marcela Acuña. La primera boxeadora profesional argentina perdió la corona supergallo FIB en fallo unánime con la rosarina Daniela Bermúdez. (FOTO ARCHIVO)

Daniela Bermúdez (23-3-3) vivió su jornada de gloria, antenoche, en Hurlingham. En una velada para el recuerdo, derrotó en fallo unánime a la histórica Marcela Acuña (46-7-1, 19KO), le arrebató el título mundial supergallo FIB y, de yapa, se quedó con el OMB que instantes antes del combate se puso en juego en condición de vacante.

La rosarina supo ir de menor a mayor en una pelea en la que claramente partía desde atrás en la consideración del público. La Tigresa dominó con su experiencia y su astuto estilo conservador, de buen boxeo, piernas efectivas y puntería, los primeros tres rounds sin mayores sobresaltos. Podría decirse que puso sobre el ring todo el oficio de sus 41 años y gran cantidad de combates, pero la Bonita mostró, en el cuarto asalto, algo de su repertorio.

Y, a partir del quinto capítulo, la rosarina ejerció un mayor dominio técnico y mental, sus golpes llegaban a destino y lograba anticipar con inteligencia las intenciones de una formoseña cada vez más contrariada.

El final fue abierto, con la retadora dominando pero con la duda generalizada de si le alcanzaría para arruinarle la noche a la campeona. Las tarjetas, audaces, vieron ganadora a Bermúdez por 97-93, 96-94 y 98-92, provocando la emoción de la ganadora y el notorio fastidio de Acuña.

Nacida en la ciudad de Gobernador Gálvez, en las afueras del gran Rosario, hija y hermana de boxeadores, de infancia pobre con mucho trabajo callejero, experta en el gimnasio y con poca escuela, la flamante campeona, corroboró todos sus buenos antecedentes. Sobre todo, cuando luchó, de igual a igual, con Yesica Bopp y doblegó en modo admirable a la japonesa Tomori Takano y a la azteca Mariana Juárez, en Tokio y México.

"Estoy muy emocionada de haberle ganado a una grande del boxeo. Jamás pensé en llegar a tanto", admitió la nueva monarca entre lágrimas.