Belgrano se repuso de una temprana desventaja, produjo un sólido segundo tiempo y terminó logrando una gran victoria por 3-2 como visitante de Boca, que acentuó una crisis ya indisimulable y, por haberse jugado a puertas cerradas, se salvó de una reprobación que hubiese sido estruendos.

Boca abrió el marcador a los 6’ cuando llegó al gol en una pelota parada bien trabajada, ya que Fernando Gago jugó con Cristian Erbes, quien la cruzó, Juan Sánchez Miño la devolvió hacia el medio y convirtió Juan Forlín de cabeza. Hacia el cuarto de hora, Belgrano comenzó a compartir la posesión de la pelota. Desde los 25’ hasta el final de la etapa: a los 26’ arrimó Gago desde su posición y a los 27 Medina sacó abajo, sobre su izquierda, un remate de Sánchez Miño a la salida de un tiro libre.

Pero al minuto del segundo tiempo, Belgrano llegó al empate en una jugada en la que quedó mal parada la defensa local. Emiliano Rigoni le ganó a Forlín, que se cayó, y sacó un zurdazo que Orión no pudo controlar. El equipo cordobés, sin necesidad de poseer el balón, fue dueño del desarrollo. A los 19’, Gago perdió la pelota en una salida, Jorge Velázquez colocó desde la izquierda un centro en el área y Nahuel Zárate le cometió a Pereyra un claro penal que aprovechó Luciano Lollo para el 2-1. Con Claudio Riaño y Luciano Acosta en la cancha, Boca fue al ataque pero sin ideas y con desorden.

A Boca se le terminó de complicar la noche con el ingreso de Fernando Márquez y a los 44 armó una muy buena jugada por izquierda. Orion salvó el primer remate, también el segundo, a cargo de Pereyra, pero ante la pasividad de los defensores Pereyra, en segunda instancia, estableció el 3-1. El descuento de Acosta en tiempo agregado con una estupenda volea sólo significará un detalle estadístico, porque la derrota a Boca estaba decretada desde hacía rato.