Buenos Aires, 12 de octubre.-Boca lo dio vuelta ante Central gracias a una ráfaga y mantiene la ilusión de pelear arriba. En la Bombonera, el local ganó 2 a 1 con tantos de Echeverría y Marín, luego de ir abajo por un cabezazo de Valencia. La visita terminó con diez por la expulsión de Acevedo en la segunda mitad.
Arruabarrena optó por tres cambios para recibir al conjunto de Miguel Ángel Russo: juegan Insúa, Castellani y Gigliotti. Sin embargo, en los primeros minutos del partido la apuesta del Vasco no daba resultado: Boca no encontraba claridad para lastimar arriba.
Central no se metió atrás y dispuso, a través de la pelota parada de una chance clara a los 10 de la primera mitad: Erbes se tiró al piso y tapó el remate de Valencia. Sobre los 21, no obstante, los locales también tuvieron una chance clara de abrir el marcador cuando Meli llegó por el medio y la tiró por arriba. Tres minutos más tarde, el disparo de Gigliotti se fue desviado.
Boca jugaba en campo rival sobre el cierre de la primera mitad, pero a los 44 minutos pagó muy caro un error defensivo: nadie marcó a Valencia, quien comenzó la jugada y la terminó de cabeza, casi sobre el área chica tras un centro desde la derecha.
Acosta, que entró en el entretiempo, se lo perdió al minuto del complemento luego de que Caranta le dejara el rebote tras un tiro de Castellani. Niell casi aumenta en la jugada siguiente y luego Central casi no inquietó.
El equipo rosarino se quedó con uno menos por la expulsión de Acevedo a los 17 minutos por un codazo a Gigliotti. Y Boca, que desde la mitad del segundo tiempo jugaba con Martínez, Castellani, Chávez, Gigliotti y Acosta en la ofensiva, llenó al área rival de centros.
Precisamente a fuerza de centros llegaron los goles: Echeverría la empujó casi en el área chica con una volea luego de un cabezazo de Calleri en un tiro libre. Casi inmediatamente, Marín, quien apareció por el medio del ataque, desniveló.
Boca no sufrió sobresaltos en el final del encuentro ante un rival que no tuvo respuestas. Así, consiguió un triunfo que le permite mantener viva su ilusión.