Después de 20 años, Rosario Central logró imponerse ayer como visitante a Boca por 2-1, aprovechando uno de los peores momentos de la historia xeneize, en un partido mal jugado, accidentado y con un arbitraje de Rafael Furchi a tono con las circunstancias. De esta forma este fue el mejor de los regresos para Leonardo Madelón al banco de Central.
El primer tiempo estuvo a tono con la actualidad de los dos equipos, ya que sobraron las imprecisiones y aparecieron muy pocas ideas. Boca intentó asegurar la pelota pero fue lento. Riquelme recibió siempre incómodo, otros jugadores, como Ezequiel Muñoz o Luciano Monzón, se sacaban la pelota de encima. Por eso la única fórmula para acercarse a Hernán Galíndez fueron los centros aéreos. Central propuso un 4-4-2, con un mediocampo muy combativo. Antes de la apertura del marcador las dos situaciones de gol más claras le habían correspondido al equipo rosarino. A los 24 Milton Caraglio bajó la pelota en la entrada del área y Mario Paglialunga, de frente al arco, remató de zurda a la posición de Javier García. A los 24 Jesús Méndez, de floja labor en esa etapa, perdió la pelota cerca del área y Caraglio jugó a la derecha para la llegada de Jonatan Gómez, cuyo derechazo cruzado exigió otra buena respuesta del arquero local. Por entonces los errores del fondo de Boca se hacían cada vez más notorios y la mejor demostración fue el gol a los 43: Gervasio Núñez ejecutó un corner desde la izquierda, Guillermo Burdisso le ganó fácil en lo alto a Muñoz y, en el camino, De León, completamente libre, desvió el balón para establecer el 1-0 parcial.
Durante casi todo el segundo periodo, Boca, a despecho de sus impurezas, fue protagonista casi excluyente, ante un Central que retrocedió y aguantó como pudo. Sobre el cuarto de hora, un muy buen remate de Riquelme produjo un rechazo de Galíndez que aprovechó Gaitán para empatar. Sin la debida claridad, el local pudo haber aumentado, por ejemplo con un remate de Chávez a los 26 y otro de Méndez un minuto más tarde, que se fueron por sobre el travesaño. Central prácticamente no se había acercado al arco de García cuando a los 40, Furchi, que venía cometiendo repetidos errores, interpretó como intencional una mano de Chávez que no pareció tal. Ejecutó el tiro libre Diego Chitzoff desde la izquierda, Monzón rechazó mal, García dudó primero y después salió a destiempo y, tras una asistencia de cabeza de Burdisso, Caraglio, con otro cabezazo, convirtió el gol que definió el partido. Encima, por protestar se fue expulsado Riquelme.