En la previa era el partido del torneo, sin embargo el opaco empate ante Racing que puso a Boca a tiro del campeonato, también dejó en evidencia que este Boca no será recordado por más que le dé otra estrella al club. Simplemente por la mediocridad con la que enfrentó ayer a la Academia. Si bien el empate le sienta mucho mejor a los de Falcioni porque dejaron a Racing afuera de la pelea y con el 99% del torneo en el bolsillo, futbolísticamente el equipo no tuvo un rendimiento como para que la semana que viene, o la otra, grite campeón.

Por eso es que estando tan cerca del sueño, está tan cerca de ser un título que sólo sumará en las vitrinas. Puede sonar a contradictorio con sólo mirar la tabla. Puntero cómodo, con 8 puntos más que Racing, invicto y cuando restan 12 puntos en juego. Pero... algo le sigue faltando.

Ayer arrancó con todo, incluso empezó como que el que estaba 8 unidades por debajo era Boca y por eso a los 12’ ya había generado 3 opciones claras de gol. Era más buscando, teniendo dominio y generando juego con remate de larga distancia. Pero luego se perdió. Pasados los 30’ Racing, que no estuvo en cancha, lo emparejó, o mejor dicho lo poco que luego hizo Boca se lo permitió.

Sin Riquelme, lesionado, no tiene líder quien elabore y por ende abusó mucho del pelotazo y tuvo poco creación. El signo de que Boca va a ser un campeón sin brillo, se vio cuando Racing se quedó con 2 menos y nada nuevo hizo. Tuvo la pelota pero nunca se lo llevó por delante. Al contrario, el partido terminó devaluándose.

Si bien va a ser el campeón y todavía no pierde este Boca no será recordado como un gran equipo. Por juego está lejos de ser el mejor, pero le alcanza con la mediocridad del resto. Ayer ya empezó a escribir la palabra campeón, pero que no se agrande, porque está tan cerca del sueño, como lejos del fútbol ideal.