Una vez más un Boca de Carlos Bianchi mostró ese plus de los grandes equipos en el momento más necesario. Es que anoche por la revancha de los octavos de final de la Copa Libertadores, el Xeneize igualó 1-1 en Brasil ante Corinthians y así le sacó provecho al triunfo (1-0) de la ida en la Bombonera para dejar en el camino al último campeón continental y al rey ecuménico. Al equipo del Virrey se le viene ahora Newell’s, por los cuartos de final.

El oficio y toda la mística de Boca apareció desde el minuto uno. El Xeneize no dudó en pararse de contra en el Pacaembú y así le cedió a los brasileños la posesión del balón y el terreno. El partido en esta etapa de arranque se disputó, prácticamente, en campo argentino, aunque no por ello el arquero, Agustín Orion, sufrió varios sofocones. Por el contrario, el cuidapalos xeneize casi no sufrió. Corinthians se vio reducido al pase lateral de manera intrascendente y al aumento de su impotencia a medida que transcurrían los minutos. Uno de los pocos sofocones para la visita se dio a los 8’ cuando Leandro Marín tocó el balón con la mano, pero el árbitro paraguayo, Carlos Amarilla, no la sancionó e incluso amonestó a Emerson por la protesta. A los 24’, el Timao marcó el gol que le daba paridad a la serie pero el tanto de Romarinho fue anulado por un off side inexistente. Al minuto, Boca pegó con todo: un tiro libre hecho rápido sobre la derecha de su ataque, a 37 metros de distancia del arco, derivó en un zapatazo terrible de Román Riquelme que se le coló por el segundo palo a Cassio. El planteo de Carlos Bianchi se potenció todavía más y Corinthians jamás le encontró la vuelta al 4-4-1-1.

Como era lógico de esperar en el arranque del complemento, el Corinthians salió con todo a buscar achicar la diferencia. Al minuto casi lo iguala el Timao mediante un zurdazo de Paulo Andre que encontró en el camino a la red el rechazo, también con esa pierna, de Orion. Pero a los 5, llegó la igualdad mediante un cabezazo preciso de Paulinho. El suspenso se apoderó del encuentro y los brasileños arreciaron en su dominio mediante infinidad de centros. A los 13, Riquelme metió un zapatazo que complicó a Cassio y en el rebote Blandi no pudo empujarla pese a estar debajo del arco. Un minuto después, Fabio Santos con el pecho casi lo empata, pero Orion tuvo otra salvada providencial. La más clara llegó ya a la media hora cuando Pato quedó solo ante Orion, lo pudo esquivar, pero la pelota se le enredó en su pierna izquierda y terminó saliendo. El cansancio le pasó factura a Riquelme y por eso Bianchi no tuvo más remedio que sacarlo del campo de juego para afrontar la recta final del juego. Un par de pibes de Boca como Bravo y Zárate ingresaron con aire fresco y junto a la experiencia de futbolistas como Erviti, Somoza, Caruzzo y Burdisso supieron cerrar una serie en la que arrancaba como claro punto. Ahora, a este xeneize versión copera le viene nada menos que Newell’s, el puntero del torneo Final, aunque todo es posible.