De hablar bajito, con la sonrisa a flor de labios, casi en un susurro, Alberto Clemente Bravo, simplemente El Chato, cuenta que de las tres Vueltas que ganó la que mas recuerda es la primera. “A esa carrera no llegué en mi mejor forma, además no estaba entre los candidatos, pero cuando me puse la malla líder no la largué más”, explicó quien en la edición de 1989 no sólo se llevó a su casa las casacas que identificaban al capo de la clasificación general, sino que también fue el dueño absoluto de las metas de montaña y sprinter.

Rememorando esa edición, Alberto, que luego se fue a correr a Europa, confió que pegó el golpe en la etapa que iba a la Difunta Correa. “Fue una tarde de mucho calor, donde se cuidaron mucho y cuando pude los ataqué y les gané”, afirmó.

Después, a medida que la charla se extendía y los recuerdos surgían desordenados, a borbotones, Bravo aclaró que el hecho de ir a Calingasta por la “vieja” ruta 12 le daba otro sabor a la carrera. “Uno podía perder tiempo en el terreno llano, entre bonificaciones y diferencias y subiendo para Pachaco y Calingasta era posible descontarlo tranquilamente. Había muy buenos corredores y si se producía un corte con tres o cuatro ciclistas fuertes, la ventaja que se sacaba era mucha”, acotó.

Actual técnico del equipo de la Municipalidad de Pocito, el “Chato”, piensa que su equipo tiene que tratar de sacar ventajas con las bonificaciones en el llano para defenderse en el ascenso al Colorado. “Escuela y Julio, suben bien y si los llevamos adelante, tendremos chances hasta el final”, afirmó.

Finalmente, sobre quien pueda alcanzar su récord dijo que Montivero podría haberlo hecho. Pensé que el “Pato lo haría. Ahora están bien Dotti y Zamora”, concluyó.