Desde que el equipo empezó a calentar, el centro de las miradas era la figura de Carlos Bueno. Cuando ingresaron los equipos y el uruguayo enfiló para el banco de los suplentes, empezó a recibir los primeros mimos del hincha verdinegro que agradecía su regreso a las canchas después de 5 meses de ausencia. En el complemento, empezó a calentar a un costado junto a todos los suplentes y Bueno se convirtió otra vez en el epicentro del aliento. Lo querían en la cancha y recién a los 33’ del complemento, cuando Godoy Cruz ya había dado vuelta el marcador, Carlos tuvo su regreso.
Entró por Pelaitay y se fue a internar en el área. La buscó, tuvo un par de chances que no alcanzó a controlar y fue entrando luego en la impotencia colectiva. Bueno, con toda la experiencia encima, admitió después que le falta, que no está en plenitud pero que le sobran ganas: “No estoy a full pero uno siempre quiere aportar al equipo. Me falta tiempo y trabajo pero fue importante volver a estar en la cancha con ritmo de partido”. De la derrota dijo lo necesario pero no pudo ocultar la amargura: “Es duro perder un clásico, más cuando lo pudimos haber resuelto antes. Pero es fútbol y siempre hay que buscar lo positivo en todo. No podemos volver a quedarnos sin nada cuando hicimos lo méritos para llevarnos todo. Esa es la lección para aprender como en todos los partidos”.

