"El auto es increíble. Me quedé con ganas de más". Estas palabras pertenecen a Lino Sisterna expresando sus ganas de repetir la experiencia que hasta el miércoles estaban viviendo junto con el equipo Fast Speed. El binomio sanjuanino charló en exclusiva con DIARIO DE CUYO y contó todo. Las causas del abandono y la intención de volver a correr con la misma apoyatura. Negociarán con el equipo la posibilidad de que les reconozcan un porcentaje del alquiler para poder estar el año que viene nuevamente en la competencia tuerca más difícil del mundo.

El binomio Sisterna sólo pudo competir dos etapas y media de las catorce que tiene esta edición del Dakar. Por una rotura sufrida en el motor -en la tapa intermedia que se encuentra entre los cilindros del Volvo V8- es por eso que Lino y Juan Pablo intentarán negociar en estos días con el equipo una bonificación del costo total del alquiler para la edición 2012 que ya está confirmado que pasará por Argentina y Chile nuevamente. "La rotura del motor no fue producida por nosotros ya que estamos seguros de no haber hecho nada incorrecto. El dueño del equipo nos advirtió que el máximo de temperatura que soportaba el motor era de 110 grados, y por eso yo estaba atento en todo momento del reloj. Pocos kilómetros antes de que se rompiera, marcaba 92 grados, lo cuál me pareció anormal porque anteriormente siempre marcaba entre 85 y 88. Es por eso que decidí pararlo y ahí fue cuando el motor perdió el agua del radiador y el líquido refrigerante", relató Lino.

Los Sisterna remarcaron todo el tiempo que el equipo de origen holandés tiene en su dueño (Johnny Hakvoort) gran predisposición para con ellos. "Siempre nos trataron muy bien e incluso ellos se quedaron con una buena impresión de nosotros porque tuvimos buenos parciales en la competencia. Confío en que todo salga como lo planeamos y juntos afrontar otro Dakar", comentó Lino.

Por último, los Sisterna tuvieron tiempo de contar sus sensaciones con el auto en carrera. "Estoy satisfecho porque sentí que el auto no me superó nunca y que yo estuve a la altura de la situación, con decir que en la tercera etapa largamos dos minutos tarde y hasta que rompimos el motor (250 kilómetros de competencia) habíamos superado a 80 autos. Incluso superé a tres en la misma maniobra. El auto me fascinó, y eso que no llegamos a Chile en donde se iba a lucir por su suspensión", contó Lino.

En tanto Juan Pablo confesó comenzar el Dakar un poco falto de gimnasia con la navegación. "Luego de haber estado un año sin navegar, en los primeros kilómetros me sentía un poco duro y me costaba hacerlo, sumándole que este año la navegación se pensó para que fuera más complicada. Lamentablemente cuando le estaba tomando la mano, se nos terminó el Dakar".