El argentino, Angel Cabrera, cerró ayer el Abierto Británico de golf fuera de los diez primeros puestos, al completar la cuarta y última vuelta con 74 golpes, lo que significó su peor jornada con tres impactos sobre el par.

El campeón fue el estadounidense Phil Mickelson, que empleó hoy 66 impactos y redondeó un global de 281 con ventaja de tres sobre el escolta sueco Henrik Stenson.
Cabrera, ganador del Masters de Augusta 2009, totalizó 288 ejecuciones y empató en el undécimo puesto junto al estadounidense Brandt Snedeker.

El cordobés tuvo rendimiento decreciente en el torneo de Muirfield, Escocia. Firmó 69 golpes en la primera tarjeta; 72 en la segunda, 73 en la tercera y uno más en la cuarta y última.
Durante la vuelta final, Cabrera registró apenas un birdie en el hoyo 9 y cuatro bogeys (1, 10, 13 y 15).

Por su lado, el estadounidense Mickelson, de 43 años, logró su primer Open Británico, y el quinto título de Grand Slam, que acompaña en su palmarés a sus tres Masters de Augusta (2004, 2006 y 2010) y el US PGA (2005).

El jugador de San Diego, que la semana pasada se impuso en el Open de Escocia -su primer título individual en el Reino Unido-, repitió victoria en Muirfield para acabar con la maldición que perseguía al vencedor del Abierto escocés. Es, además, el segundo zurdo campeón del Open Británico. Mickelson firmó ayer una de las mejores tarjetas del torneo, para sentenciar el título como único jugador bajo el par.